Discos

Gorillaz – Demon Days (EMI)

Lo que empezó siendo el proyecto paralelo de Damon Albarn fuera de Blur se convirtió en una de las sorpresas de 2001 y acabó eclipsando a los propios Blur. Todo ello gracias al inesperado éxito de su debut Gorillaz y un hit tan impredecible como «Clint Eastwood». Su propuesta mezclaba de forma novedosa temas de base pop-rock con arrebatos hip-hop y ritmos electrónicos, consiguiendo un resultado experimental y totalmente original.

Otra de las claves del éxito de Gorillaz fue sin duda la creación por parte del dibujante Jamie Hewlett de los miembros virtuales del grupo, cada uno con su personalidad distinta: el enrollado 2D, el diabólico Murdoc, la jovial Noodle y el imponente Russel. Aunque si algo tenemos que echarles en cara a Gorillaz es su directo, en el que el grupo real permanece oculto tras una sábana en la que se proyectan sus videoclips, con el consiguiente mosqueo de los asistentes.

Demon Days se nos presenta con algunos cambios en la formación real de Gorillaz, empezando por la producción del DJ Danger Mouse. El resultado es un disco con un tono más sombrío, de los que requieren una segunda escucha, y en el que sería impensable encontrar temas alegres de su debut como eran «19/2000» o «Rock The House». Un cierto aire melancólico invade canciones de inspiración pop como «Last Living Souls», «El Mañana» o la densa «O Green World», donde la voz de Albarn se erige una vez más como protagonista.

Aunque no podía faltar el desfile de colaboraciones de renombre, empezando por los veteranos De La Soul, que lanzan sus duros rapeos en «Feel Good Inc.», un single atípico pero que poco a poco va tomando fuerza. El toque hip-hop sigue presente con la aportación de MF Doom en «November Has Come», que mantiene una estructura similar al citado «Clint Eastwood». Roots Manuva y la siempre encantadora Martina Topley-Bird (ex-Tricky) participan en «All Alone», y también podemos encontrar alguna pequeña sorpresa como la obsesiva «White Light» o la bailable «Dare», junto a Shaun Ryder de los Happy Mondays.

En definitiva, Demon Days mantiene vivo el espíritu experimental con el que nació este proyecto, convirtiéndose en un ejemplo más de la creatividad del bueno de Damon Albarn. En Gorillaz puede dar rienda suelta a sus inquietudes musicales, con unos resultados más que notables si los comparamos con unos Blur que, desde hace unos años y muy a nuestro pesar, están claramente de capa caída.

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