Guillamino – 1 día (Bankrobber)
Definir la música que Guillamino nos ofrece en su debut, 1 Día (Bankrobber 03) resulta complicado a causa de la cantidad de registros que toca. Y aunque la palabra “experimental” parece denostada por el uso a discreción que de ella se hace, una vez más es necesario recurrir a ella para poder poner un calificativo al lado de este músico del Empordà catalán.
Descrito como una Pascal Comelade electrónico o un Matthew Herbert con guitarra española, la propuesta de Guillamino se enmarca en la tendencia actual de la fusión de estilos y el eclecticismo. Fusión de estilos de ahora (house, broken beats) con estilos de larga tradición, pero tan en boga en los últimos tiempos (jazz, flamenco) e incluso alguno con un punto de exotismo (capoeira). Y aunque esto podo tiene de original, lo más interesante es la forma tan personal en que consigue conjugarlos y la riqueza de sonidos. Personal, sobre todo, gracias a su voz, con una textura muy propia de la música negra o de sonidos más cálidos como el hip hop o el funky.
Guillamino nos propone un viaje a lo largo de un día a través de sus canciones, desde el desayuno (‘Café’), una canción mínima en el sentido estricto de la palabra, apenas 30 segundos de secuenciadores para entrar en el disco de la forma más relajada posible. Tema a tema, el tono del álbum va subiendo y, también, va enriqueciéndose con la mezcla de estilos, instrumentos y, sobre todo, los arreglos electrónicos tan imprescindibles para que su propuesta musical adquiera sentido. Temas como ‘Senzala’, mezcla de ritmos brasileños, bases electrónicas y música negra, o ‘Low lo’, donde el flamenco es uno de sus principales atractivos, culminan un álbum en el que podemos encontrar ritmos bailables y otros más pausados, ideal para disfrutar tranquilamente.
Quizás, en la primera escucha, pueda parecer más de lo mismo. Pero es todo un places escuchar y descubrir las diferentes texturas que, capa a capa, forman cada uno de los temas.