Hermanos Gutiérrez – Sonido Cósmico (Easy Eye Sound)

Desde que los apreciables -pero últimamente un poco demasiado inflados de elogios- Khruangbin pusieran de nuevo de moda la música instrumental hecha con guitarras, han proliferado un buen puñado de artistas que siguen su senda. No obstante, algunos y algunas ya teníamos, antes de la aparición de los tejanos, bastante aprecio por maravillas como la Menahan Street Band, en el ámbito del soul; Bad Bad Not Good, en el del jazz; Mark Ribbott y sus Cubanos Postizos, en lo latino; o más aún, el nunca suficientemente bien ponderado Tommy Guerrero, que es el que seguramente más se aproxima a la onda de la banda que nos ocupa, Hermanos Gutiérrez.

Nacidos y criados en Suiza, pero de origen en parte ecuatoriano, los hermanos Alejandro y Estevan (con uve) Gutiérrez llevan desde mediados de la pasada década haciendo uso de sus raíces latinas para elaborar una música instrumental, atmosférica y, como suele decirse en estos casos, fronteriza, que ha ido transitando del halo más purista que desprendìan álbumes como el celebrado Hoy Como Ayer (2019), hacia una amalgama que da cabida a otro tipo de sonidos, digamos más relacionados con el rock convencional, que ha llegado sobre todo de la mano de su asociación con el productor y guitarrista Dan Auerbach (The Black Keys) y su fichaje por el reivindicable sello de éste, Easy Eye Sound.

Su debut en esta disquera se tituló El Bueno y El Malo (2022) y rendía un homenaje al género cinematográfico del western, algo que siempre había estado de un modo u otro en su música, pero que aquí ellos y Auerbach supieron llevar a otra dimensión. Y este sexto disco de su carrera, segundo en Easy Eye Sound, podría perfectamente haber sido una continuación de aquello, pero los Gutiérrez son gente inquieta y han decidido ampliar la paleta en dirección a un sonido que lo englobe todo. Tal vez por ello han decidido denominarlo “cósmico”.

Y sí, Sonido Cósmico lo que hace precisamente es redondear lo ya logrado en discos anteriores, llevándolo todo hacia el hiperespacio. Música atmosférica con sabor a arena del desierto y metida en una cápsula espacial para escuchar preferentemente de noche y apaciguar el alma en horas de zozobra a base de dejarse uno elevar hacia las estrellas. Las piezas instrumentales que lo integran despliegan una sutileza que logra que la economía de elementos parezca una orquesta sideral. Usan el bolero, el mambo, la cumbia, el soul, la psicodelia o el bluegrass, para colocarlos en una coctelera y así hacernos saborear títulos tan bien acabados como “Low sun”, “Until we meet again”, “Los navegantes” o la especialmente bonita “Barrio hustle”.

Configuran así un trabajo de madurez expresiva y estilística que les coloca de una vez por todas en la punta de lanza de toda esta ola instrumental exótica y fronteriza que junto a gente como sus colegas Khruangbin (con los que han salido de gira, por cierto), Tommy Guerrero, nuestro compatriota el Twanguero o las británicas Los Bitchos integran ellos también, aunque con una personalidad propia que este disco tan bien acabado certifica de una vez por todas. Un disco respecto al que no, no queremos dar las falsas coordenadas de una trascendentalidad inexistente. No busquen aquí nada trascendental, no vengan con boludeces. Sólo siéntense, denle al play, cierren los ojos y despeguen.

Escucha Hermanos Gutiérrez – Sonido Cósmico

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