José González – Joy Eslava (Madrid)
“Sold Out”, rezaba un cartel en la puerta. Eso con tan sólo dos discos en el mercado, Veneer (2003) y el sensacional In Our Nature (2007) , así como un puñado de EP´s. Precisamente el reciente EP Live At Park Ave (2008) y los temas de su futuro nuevo disco eran la razón de la nueva cita. Razón o excusa, poco importa.
La apertura de puertas se produjo a la hora señalada, las 20:00. Una sala que se fue llenando poco a poco recibió a El chico con la espina en el costado, que hizo su papel de telonero con mucha simpatía gracias a sus espontáneos, aunque tímidos, ataques de verborrea. “Me enteré ayer de que tenía que estar aquí”, comentó entre otras cosas el de Barcelona. Algunos nos enteramos en ese momento.
La estrella de la noche se hizo esperar. El tiempo pasaba y por el minimalista escenario (silla, micros), no aparecía nadie. Comenzaba a hacer calor, y con la sala ya a rebosar se empezaron a escuchar silbidos. Alrededor de las 21:45 apareció, por fin, el sueco.
Guitarra española en mano y porte elegante, comenzó algo frío y no fue hasta el tercer tema, «How Low», que aquello no comenzó a mover tímidamente cabezas. No era un concierto para euforias, aunque, comedidas, también las hubo.
Durante los menos de 60 minutos que tocó hasta el primer bis (hubo dos), tuvo tiempo de sobra para demostrar el portento musical que está hecho este hombre tan (aparentemente) sencillo como su nombre. Afinando magistralmente de oído a una velocidad considerable, su manejo de la guitarra está al alcance de muy pocos hoy en día. Algún artista flamenco posiblemente. La escenografía, oscura, cuidada, bien recordaba igualmente a la flamenca. Su zapato derecho le servía de acompañamiento rítmico. Tan sólo en un par de ocasiones, al reconocido admirador de Chet Baker se le unió un trompetista apostado junto a la mesa de sonido, al que señaló para dar crédito. Todo ello de una manera tan sutil y ajustada como el resto de su música (etiquetada por la mayoría como folk).
Sonaron hits como «Down The Line» y versiones como»Teardrop» (Massive Attack) o «Hand On Your Heart» (Kylie Minogue), pero los mejores momentos se los llevaron «Cycling Trivialities» y la versión más esperada de la noche, «Love Will Tear Us Apart» (Joy Division), con la que terminó un concierto de esos en los que uno se queda con ganas de más, aunque en el fondo piense que la medida ha sido la correcta.
José González, un tipo introvertido, su guitarra y su herida voz. Él sólo pudo con una sala totalmente llena. Hipnotizó por momentos, haciendo mucho con muy poco, calando hondo. Habló un perfecto castellano (ascendencia Argentina) y se mostró como un auténtico profesional (lo de la impuntualidad puede que vaya en el lote).