Kaiser Chiefs – Palacio de Vistalegre (Madrid)
Sin duda que podría haber sido un día mejor, ni tan lluvioso, ni tan perezoso como un lunes 2 de febrero y sin duda que otra sala hubiese sido más acogedora que el palacio de Vistalegre. Pero finalmente ese fue el lugar y el día en el que la banda de Leeds presentó en directo en Madrid su tercer álbum Off with Their Heads.
Unas tres mil personas, apenas calentadas por Danananakroyd ocupan holgadamente tres cuartas partes del aforo, esperando la salida Ricky Wilson y los suyos. Jóvenes modernos, trajeados, mucho extranjero e incluso padres con hijos aplaudían expectantes cuando a las nueve y media se apagan las luces, encienden los focos, y suena «Spanish Metal».
Con un sonido perfecto, nítido y claro, aunque quizá demasiado bajo para un concierto como este, y con una sala lejos de estar llena, comenzaba “Everyday i love you less and less” y poco a poco el volumen va tomando forma, mientras Wilson ya está subido al amplificador, acercándose al público y bailando sin parar junto a su pandereta y su micrófono, animando a los espectadores a que bailen con él. Pero de momento más de la mitad de la sala sigue expectante, y algo indiferente incluso ante el simpático saludo de “buenas noches Madrid, somos Kaiser Chiefs, y somos muy contentos de estar aquí…”
La banda sigue con «Everithing is average», «Heat dies down» y «You want history», pero no es, hasta que suenan los primeros acordes de «Ruby», cuando por fin toda la sala se caldea y comienza a aplaudir, a bailar y a corear su tan popular estribillo “ruby, ruby, ruby, ruby…” tras el tema estrella para muchos, la banda mantuvo la intensidad, y las ganas, con la voz perfecta y los sonidos espléndidos de guitarra y teclados de Andrew White y Nick Baines mezclando temas de sus tres álbumes como «Thank you very much», «Good days Bad Days», o «Na Na Na Na Naa».
Pero de nuevo no fue hasta que tocaron su último single «Never miss a beat», seguido de «I predict a riot», cuando la sala entera volvió a vibrar. A partir de entonces, una canción nueva y para acabar, otro temazo de su segundo disco como es «The angry mob» con el cual, por fin la gente volvió a cantar en coro “we are the angry mob, we read the papaers everiday…”. Tras una breve pausa volvieron a salir para tocar dos rigurosos bises, «Can´t say what i mean», y un «Oh my god!» precedido de varios minutos de exquisitas distorsiones.
De esta forma se despedían Kaiser Chiefs en Madrid, y la gente salía despacio y bastante satisfecha con un concierto que en otras condiciones podría haber sido realmente memorable, porque sin duda que la banda y las canciones estuvieron, pero faltó el volumen y el calor del público.