Kings of convenience – Riot on an empty street (Astral Werks)
Hace ya tres años de esto, desde las islas británicas se comenzó a hablar del NAM (new acoustic movement) para referirse a una generación de grupos que bañaban su espíritu folk con suaves melodías pop de estribillo fácil. Entre los más conocidos Travis y Coldplay, en el peloton de seguidores, Turin Brakes, I am Kloot, Starsailor o Elbow y entre lo más jugoso y realmente interesante, Badly Drawn Boy y el turbador disco de debut de unos noruegos caidos en tierra de nadie, Kings of convenience, que con Quiet is the new loud ponían a sus pies a toda la prensa internacional.
Tres años han necesitado Erlen Oye y Erik Glambeck Boe para dar continuidad a su primer álbum, pero al fin ha llegado su momento, y para Riot on an empty street han sabido compilar alguna de sus mejores composiciones manteniéndose totalmente fieles a su forma de entender la música y a su manera de expresar los sentimientos más cómunes. Vale, siempre habrá quien diga que no son más que la versión moderna de Paul Simon y Art Garfunkel, y sería de necios negar los vínculos con los británicos de canciones como «Homesick» o «Know how», pero basta con prestar un poco de atención a la multitud de detalles que presentan las canciones de Kings of convenience (las tímidas cuerdas que aparecen y desaparecen, los oportunos coros, los juegos de voces, los sutilísimos arreglos electrónicos… ) para concluir que estamos ante una autentica exhibición de exquisito pop atemporal.
Preciosismo folk, pop acustico, sobrío y elegante, las canciones de Kings of convenience se deslizan suavemente y te acojen entre sus melodías, incluso en algunos casos -«Love is no big truth» y sobre todo «I’d rather dance with you» con sus teclados y sus vientos- te hacen esbozar una sonrisa de satisfacción y mover los pies con ese ritmo tontorron y pegadizo, tanto que es posible que en Noruega sea la canción del verano.