Kula Shaker
Kula Shaker nunca ha dejado de ser una familia
A comienzos de 2006, Crispian Mills, tras su insatisfactorio paso por The Jeevas, anunciaba por sorpresa la vuelta de Kula Shaker, la banda que con tan solo dos discos en los que mezclaba energía desbordante, pop y psicodelia induista, se hizo un hueco en la escena británica de los 90 entre los mismísimos Oasis y Blur, para luego desaparecer de manera fulgurante. Tras año y medio de conciertos, Crispian nos confirma charlando por teléfono desde su casa de Bath que la resurrección de Kula Shaker va en serio y ha cristalizado en Strangefolk, un nuevo álbum que, cargado de excelentes canciones, verá la luz a finales de agosto a través de Everlasting Records.
Cinco años después de poner punto y aparte a la historia de Kula Shaker parece que algo cambia y decidís volver a la música en el mismo punto en el que lo dejasteis, ¿Qué os hizo desaparecer por un tiempo y que os ha empujado de nuevo a los escenarios?
Sencillamente Kula Shaker llegó a un punto en el que no podía dar más de sí. No sabíamos que disco hacer, no teníamos ideas y grabar era una frustración. En aquella situación, pensamos que lo mejor era dejarlo en lo alto de la cima, cuando todavía teníamos energía y no dedicarnos a arrastrarnos unos años, en una espiral descendente hasta desaparecer sumidos en la mediocridad. Creo que acertamos. El tiempo que hemos pasado separados nos ha servido para recoger nuevas ideas, nuevas cosas y nos ha cargado de oxígeno, tenemos algo nuevo, algo más que decir y por eso estamos aquí otra vez.
Vaya, supongo que fue una decisión difícil para una banda que con tan solo dos discos era una de las más importantes del Reino Unido.
Estamos orgullosos y satisfechos con nuestros discos y con lo que fue nuestra carrera. Los hicimos poniendo toda el alma y el público lo entendió muy bien. Pero por eso mismo no podríamos seguir tocando, cuando no sabíamos hacia donde ir o como enfocar nuestro tercer disco, habríamos defraudado al público y nos hubiéramos decepcionado a nosotros mismos.
¿Has podido reunir a todos los miembros originales de la banda para grabar el nuevo disco?
Prácticamente sí. Tenemos la suerte de ser una familia muy unida y nunca hemos perdido el contacto, así que reunirnos ha sido muy fácil. Sólo falta Jay Darlington (teclista) que está tocando con Oasis.
¿Cómo puede alguien preferir tocar con Oasis actuales cuando puede estar con Kula Shaker cargados de nuevo de energía?
Eso mismo pienso yo. Pero no te creas, hay que estar muy loco para tocar en una banda como Kula Shaker. Jay cuando nos separamos, empezó a tocar por un sueldo y prefiere la seguridad de ser un asalariado, aunque sea una vida muy predecible, al riesgo que supone estar de nuevo con nosotros. Pero sé que se aburre y que se va a aburrir más aún cuando nos vea tocar, pero él lo prefiere así.
Además de Jay con Oasis, casi todos los miembros de la banda os buscasteis algo que hacer después de la separación, ¿Qué tal te fue con The Jeevas?
Sinceramente mal. Si antes te decía que Kula Shaker era una familia, The Jeevas era lo contrario. Mercenarios de la música, cada uno iba por su lado y yo no me sentía muy unido a ese proyecto. Por lo menos me sirvió para seguir tocando y no peder hilo, poco más.
Siempre me ha llamado mucho la atención la influencia hindú tan clara que tenéis, en especial de la tradición Bhakti…
Sí, es algo que nos encanta y que nos aporta muchísimas cosas. A mí me parece pura magia, y hace que nuestra música se impregne de esa magia y también de espiritualidad, y se eleve.
Por cortesía de Everlasting acabamos de escuchar Strangefolk, vuestro nuevo álbum, en el que hemos encontrado por un lado, los elementos clásicos de Kula Shaker, melodías de pop sesentero, psicodelia, ritmos indús, y por otro, cierta progresión en el sonido.
Hacía mucho que no grabábamos juntos y llevamos mucho tiempo madurando este álbum, así que Strangefolk recoge todas las experiencias que hemos ido adquiriendo en estos años, lo que se transforma en elementos nuevos que se incorporan a nuestra forma de hacer música. Lo que yo más destacaría del disco es la fuerza que hemos puesto en él, teníamos muchas ganas de volver a tocar juntos y creo que lo hemos conseguido transmitir en las nuevas canciones.
Leyendo vuestras nuevas letras, parece que estáis más serios que antes de separaros. Habláis sobre el futuro del mundo con preocupación. ¿Tenéis miedo de hacia dónde nos está llevando la política actual o de fenómenos desgraciadamente tan presentes en Reino Unido o España como el terrorismo?
A pesar de los atentados de hace unos días en Escocia e Inglaterra, no me preocupa demasiado el terrorismo, por lo menos aquí no lo percibimos como un fenómeno tan presente. Lo que sí me preocupa es el mundo ha cambiado mucho en estos años y que nos estamos haciendo autistas antes los problemas reales que nos rodean y sobre todo, tendemos sólo a percibir un lado de la historia y de las cosas y eso no es bueno. Esto me obsesiona incluso, tenemos que se capaces de ver las dos caras que tienen todas las cosas, si no, poco futuro tendremos.
Me ha llamado la atención que Strangefolk habéis incluido dos canciones – “Great Dictador (of the free World)” y “6th down blues” – que ya publicasteis el año pasado en el EP The Revenge of the King, ¿Son especiales para vosotros estos temas?
Más que especiales es que no nos quedamos nada satisfechos con el resultado del EP. Por prisas lo grabamos muy rápido y muy mal. Es casi una demo, así que decidimos coger lo que más nos gustaba del EP y volver a grabarlo bien, con tiempo y con los medios adecuados. Ahora han quedado bien de verdad y son especiales.
El panorama musical británico ha cambiado mucho desde la última vez que publicasteis un disco. ¿Qué opinión os merecen los nuevos grupos, Franz Ferninand, Arctic Monkeys, Máximo Park, Kaiser Chiefs… que espoleados por el NME nos inundan?
Hay de todo, hay gente que toca muy bien y otros que se dedican tan solo a copiar. Sin embargo me preocupa una cosa. Nacen al mismo tiempo y se parecen mucho pero no son una generación. Sólo tienen conexiones en apariencia, en la forma, en el fondo son inconexos y no se preocupan de tener una voz común. Además no parecen insatisfechos, o no quieren ir hacia algún lado, y mucho menos protestar o comunicar alguna cosa. La new wave fue una verdadera generación, los nuevos grupos son tan solo eso, grupos sin mucha trascendencia y serán la generación perdida hasta que no decidan ser algo más. Si es que lo hacen.
En el último mes habéis estado tocando en España dos veces, en el Festival Bilbao Live y en Vigo ¿Qué tal os ha ido?
En Bilbao fatal. Fue nuestro peor concierto en mucho tiempo. No sé que nos pasó pero no fuimos Kula Shaker. Somos muy perfeccionistas y nos queremos disculpar con la gente que nos vio ese día porque todo salió mal, fue un poco desastre. Sin embargo en Vigo fue al contrario, estábamos inspirados, sonamos bien y la gente creo que lo pasó en grande. Quedaros con el recuerdo de Vigo. Volveremos pronto a España con el nuevo disco y prometemos que todos los conciertos serán como el de Vigo.