Ladinamo

La alternativa pasa por sacudirse la apatía

Ladinamo es un proyecto de agitación cultural heterodoxo y absolutamente independiente materializado en multitud de iniciativas paralelas. Primero fue una revista de tendencias gratuita bastante más interesante que cualquiera de las de pago. Después, una asociación cultural en cuyo local (calle Mira el Sol, 2) se puede disfrutar de la programación más cosmopolita de Madrid. Más adelante una editorial de libros y un proyecto teatral. Y ahora, una escuela de danza, un coro de mujeres y un blog absolutamente provocativo titulado «Dame más gasolina» (www.ladinamo.org/blog). Mañana ¿quién sabe?

Este mes de marzo se cumplen cinco años desde que la revista LDNM, su primer proyecto, comenzara a publicarse. No ha sido un camino fácil, así que sus promotores han decidido celebrarlo como se merece organizando diversos eventos y, de paso, sacar algún dinero para consolidar un proyecto ajeno a cualquier forma de publicidad o subvención. Aprovechando el aniversario, charlamos por correo electrónico con Víctor Lenore y Roberto Herreros, dos de los responsables de que Ladinamo siga produciendo una corriente continua de inquietudes e inconformismo.

Ladinamo no es un proyecto ajeno a cualquier forma de publicidad o subvención”, matizan Víctor y Roberto tras leer nuestra introducción. “Tenemos publicidad en todos los números y nos han dado más de una ayuda pública. Pero, vamos, en la revista no metemos más artistas de un determinado sello porque contrate un anuncio. De hecho, una discográfica muy conocida puso un página de publicidad una vez e inmediatamente dejaron de salir reseñas de sus discos. Fue una casualidad: en esos meses, nada de lo que editaba nos interesaba. Seguro que pronto sacan alguna que nos engancha. También hemos recibido subvenciones de diversas instituciones públicas y aún así seguimos criticando la industria cultural y los proyectos de las administraciones con los que no estamos de acuerdo. No ha habido represalias ni tiene por qué haberlas. Tener criterio independiente no te priva de conseguir anuncios, aunque sospechamos que siendo más obedientes triplicaríamos nuestros ingresos. Por ejemplo, en LDNM (la revista) no cubrimos moda porque es algo que no nos estimula. Lo vemos como un mundo cursi, elitista, sin ninguna sustancia. Obviamente, eso nos priva de muchos anunciantes, pero nos trae sin cuidado”.

La revista LDNM es una publicación de tendencias completamente independiente y con una vocación mucho más amplia que llega incluso a entrar en temas sociales sin ningún tipo de complejos o tapujos. ¿Cómo surge el proyecto? ¿Cómo se transforma en todo lo que es ahora (un local, una compañía de teatro, un grupo de danza, un coro de mujeres, un colectivo de DJs)?
Ladinamo comienza como un proyecto de autoempleo. No nos gustan demasiado las actuales condiciones laborales, así que nos montamos nuestra propia estructura. Al final, la realidad ha sido más dura de lo que esperábamos. Vamos muy despacio, pero esperamos que este «proyecto de proyectos» dé trabajo a mucha gente a medio plazo. Nuestro objetivo final es vivir de esto –a ser posible, trabajando 20 horas a la semana–, cobrar un salario digno y tener más control sobre a qué dedicamos nuestro tiempo.

Cinco años y creciendo. Para ser una panda de mileuristas, parados de larga duración y hackers no se puede decir que os haya ido mal. ¿Cuánta gente conformáis Ladinamo y cómo os organizáis para hacer tantas cosas?
En la revista empezamos diez y seguimos siendo más o menos los mismos, pero con un ejército de colaboradores detrás. Cada semana nos escriben tres o cuatro personas muy interesadas en participar en el proyecto. LDNM ha generado más energía de la que esperábamos. No creemos que sea mérito nuestro, sino que las carencias y conflictos que señala la revista son reales y por eso tantas personas se identifican.

Leyendo la revista parece que tenéis claros cuáles son los principios que os inspiran y cómo tenéis que defenderlos en cualquier ámbito, ya sea la música (apoyando artistas vedados), las nuevas tecnologías (promocionando el copyleft y software libre)… La militancia en estos principios no os ha dado cinco años precisamente fáciles. Habéis llegado a tener que pleitear contra la SGAE porque os querían imponer derechos de autor por la música que sonaba en vuestro local, a pesar de que sólo se oían grupos que publicaban en copyleft (afortunadamente ganasteis el pleito), la Comunidad de Madrid os prohibió un concierto que habíais organizado con Fermín Muguruza para festejar el veinte aniversario del EZLN…
Pues sí, ha habido momentos delicados. Uno de los objetivos principales de Ladinamo es difundir la cultura libre: la revista es copyleft y publica sus textos con una licencia Creative Commons. A la SGAE le cuesta concebir la cultura separada del dinero, pero afortunadamente un tribunal nos dio la razón. Tratar de impedir el concierto de Rivas-Vaciamadrid que mencionas nos pareció un abuso: ¿qué hay de malo en autogestionar un festival para mandar dinero a Chiapas? Nuestra actitud fue ignorar la prohibición y celebrar el concierto. La orden de cierre llegó con tan poco tiempo de anticipación que podría haberse creado un serio problema de orden público. No queremos ni pensar qué hubiera podido ocurrir con miles de personas con ganas de fiesta y la entrada en la mano enfadadas en la puerta. En todo caso, ha quedado claro que fue un asunto sacado de quicio por la autoridad competente (la de la Comunidad, no la de Rivas, que nos trató estupendamente).

A pesar de todo el eslogan de vuestra fiesta de aniversario deja las cosas bastantes claras: «5 años pidiendo más gasolina». Con esa actitud ni se me ocurre preguntar si se os han quitado las ganas de continuar por lo menos cinco años más.
Tras trabajar cinco años sin cobrar un duro, las ganas de hacer cosas van a más. Nosotros nos vemos colaborando en Ladinamo toda nuestra vida porque nos convence al cien por cien. Nos ha tocado un mundo muy hostil para vivir. Con la gente de Ladinamo nos sentimos más y mejor acompañados.

Nacho Vegas, César Estabiel, César Rendueles, Carlos Prieto, Carolina del Olmo, Santiago Alba Rico, la vuestra propia… ¿cómo conseguís en una revista gratuita reunir firmas de este nivel?
Sin ánimo de ofender, a la mitad de las firmas de ahí arriba no las conoce un cinco por ciento de la población activa española. Tampoco importa. Trabajar con personas así, o con Patricia Godes o con Carlos Fernández Liria, es como estar en un máster abierto 24 horas y no tener que pagar por ello. Unos destacan por los conocimientos, otros por el entusiasmo, otros por la capacidad de organización, otros por tener todo a la vez. El punto de conexión –creemos– es el espíritu crítico y la convicción de que la cultura se defiende compartiéndola.

Normalmente las revistas de tendencias son meros instrumentos de publicidad de las discográficas (ya sean más o menos independientes), las firmas de moda, las marcas (más o menos cool), etc. Vosotros habéis renunciado a la publicidad. Sin las influencias de lo que comercialmente debe ser tendencia, ¿en que os inspiráis, de dónde salen los temas de la revista?
Parcialmente, hemos contestado a esto más arriba. La inspiración del proyecto es difundir puntos de vista que, desgraciadamente, aún siendo de sentido común, no tienen cabida en los medios mayoritarios. También hemos hecho un esfuerzo por evitar el anglocentrismo. No todo pasa en Londres o en Los Ángeles: nos interesan más contenidos de sitios olvidados como Caracas, Lagos, El Cairo, Managua o Sri Lanka. De Madrid publicamos un reportaje sobre San Chinarro, pero nunca de la aburridísima calle Hortaleza.

Viendo el cartel del mini festival con el que vais a conmemorar vuestros primeros cinco años, Nacho Vegas y Remate el jueves 1 de marzo en la sala El Sol y Ginferno, Cohete y Jonston el sábado 3 en el Nasti, salvo conocidas excepciones, parece que confiáis en grupos noveles madrileños. Teniendo en cuenta esto, otros nombres como Grande-Marlaska o The Secret Society y, sobre todo, si de aquí surgiera una nueva movida, nueva ola o similar, ¿os sentirías responsables o por lo menos partícipes?
Qué va, no nos sentimos impulsores de nada. Son los grupos los que le hacen un favor a Ladinamo, no viceversa. Lo de la «nueva movida” nos parece una etiqueta espantosa. Como dice Sr. Chinarro, “la nostalgia debería estar catalogada como enfermedad mental”. Eso sí, estamos muy contentos de haber reunido a este plantel de artistas y que muchos hayan prometido hacer cosas especiales (versiones, colaboraciones y cambios de formato). Va a ser algo especial, a precios populares y para gente que disfruta de la música.

De cara a las elecciones municipales del 27 de mayo que pronto se nos vendrán encima, estáis buscando candidato y habéis propuesto un Programa de 30 puntos para reflotar Madrid, con propuestas como las de cerrar la M-30 a los coches, permitir los botellones en el Viso y la Moraleja, expropiar las viviendas vacías más de un año, convertir la Policía Municipal en un «Cuerpo de Jardineritos Municipales» y obligar a todos los niños madrileños a aprender todas las lenguas estatales: castellano, gallego, catalán y euskera. ¿No falta el valenciano?
Nuestro candidato, que conoceréis muy pronto, sabe braille, el lenguaje de los signos y el de los silbidos de los pastores de La Gomera. Es muy completo. En todo caso, el esbozo de programa esta inspirado en cosas que cualquier persona ha pensado alguna vez al enfrentarse al caos que genera el capitalismo desbocado donde vivimos. Lo que busca el texto es exponer con humor carencias muy serias de nuestra ciudad.

Bromas aparte, más allá de la ironía y la provocación que supone el Programa de 30 puntos y partiendo de la base de que hacéis un diagnóstico negativo de la situación actual de Madrid, ¿tenéis alguna esperanza en que las cosas cambien y mejoren en Madrid a partir del 27 de mayo? ¿Hay alguna alternativa coherente a la realidad política que vivimos en Madrid?
La alternativa pasa por sacudirse la apatía. El PP y el PSOE son una pinza que coincide en el noventa por ciento de su programa. Izquierda Unida está más perdida y dócil que nunca. Algo había que hacer y estamos desbordados de gente dispuesta a colaborar en una campaña alternativa, que nadie sabe cuánto tiene de seria y cuánto de broma con recado.

A diferencia de actores y escritores, no suele ser habitual que músicos «independientes» en España se posicionen en temas de política. El sábado pasado Antonio Luque, de Sr. Chinarro, terminando su concierto en Madrid preguntó al público qué tal se vivía en la ciudad desde la cual se construía la «gran infamia» (refiriéndose a la teoría de la conspiración del 11-M). «Ayer estuve viendo Telemadrid en el hotel y lo flipé», continuó, «pero nos os creáis que Canal Sur es mejor, es lo mismo», remató. Ladinamo siempre se ha caracterizado por posicionarse. ¿Qué opináis de todo esto?
Tenemos la opinión que tendría cualquier persona de izquierdas: nos molestan muchas cosas de Telemadrid, pero también que “El País” manipule tanto y tan mezquinamente sobre la izquierda en Latinoamérica (entre otras cosas). Un medio depende de su credibilidad y en España es complicado encontrar información fiable.

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