Ladytron – Light & Magic (Dro)
Álbum para salir del paso? Las segundas partes siempre son malas, ¿o no? En todo caso, lo del grupo de Liverpool es un tema harto complicado.
Después de 604, su primer álbum, la prensa especializada inglesa los calificó como los sucesores de The Human League y demás grupos del synth-pop de los ochenta. En pleno revival ochentero, los tabloides necesitaban un grupo al que poder situar en la cúspide del hype. Ellos fueron el objetivo y el single elegido fue He took her to a movie. Pasaron de ser desconocidos en Liverpool, a hacer un tour europeo por las salas más importantes del continente.
Su primer álbum, llegó en el momento preciso, pero de hecho no aportó más que unas pocas canciones de tecno-pop pegadizo. A mi entender, lo complicado llegaba ahora. Cuando se demostraba si con el segundo álbum el grupo había evolucionado estilísticamente y esto había dado sus frutos. Si en 604 la utilización de sintetizadores analógicos era la base del trabajo, en este segundo álbum escuchamos una mayor mezcla de lo analógico y lo digital. En ningún momento se observa la perdida del elemento humano (el poco e infantil que caracterizó a 604) en el disco, pero si mayor perfección en los ritmos. El elemento básico que caracteriza a 604 es su simplicidad. De hecho, existe el mito de que para el single He took her to a movie, el grupo no utilizo más de 50 libras para componerlo. De aquí podemos sacar la tónica del disco, ritmos rotos, voces exóticas y sintetizadores por arriba y por abajo.
Light & Magic, nos demuestra que los chicos de Liverpool, han tenido tiempo de currarse el disco. No es solo por la mezcla de lo analógico y lo digital, sino también por la inclusión de arreglos de guitarra. Pero ello no resuelve el problema de Light & Magic, no aportan nada nuevo en relación a 604. Estos ritmos robóticos ya los habíamos oído entonces, y desde la publicación del disco la invasión de sonidos similares no ha hecho más que crecer. Lo que parece es que al cuarteto les gusta este estilo, entre melancólico y petardo que surge de sus sintetizadores. Tanto les da que los encasillen dentro de un hype u otro. Ellos, con sus trajes negros y sus peinados inclasificables, se sienten robots y seguirán así mientras vivan junto a Moroder y Kraftwerk y no miren al futuro.