Las Robertas + Algodón Egipcio – Sala Nasti (Madrid)
Vivian Girls, Brilliant Colours, Those Dancing Days o Dum Dum Girls son las principales protagonistas de un cierto resurgir de las bandas femeninas de pop. A este listado se pueden unir con total merecimiento Las Robertas, un grupo que, aun siendo de Costa Rica, llaman más la atención por la brillantez de su sonido que por su origen. Gracias a Internet y al boca a boca, grabaron el año pasado su primer LP, Cry Out Loud, con Art Fag Recordings (la discográfica de Vivian Girls o Dum Dum Girls), y han conseguido saltar el océnao para tocar tres días en el Primavera Sound, en el Nasti de Madrid ayer, Valencia el 2 de junio (Sala Matisse), Pamplona el 3 (Sala Subsuelo), y el 4 en Santander (Sala Black Bird).
La noche de Madrid se abrió con Algodón Egipcio (Ezequiel Bertho, “Cheky”), guitarrista de la gira de Javiera Mena que en solitario parece un hombre orquesta (teclado, pregrabados y guitarra), y defiende una propuesta bastante intimista que mezcla oscuridad y tropicalismo. El venezolano de peinado inolvidable quizás sonó un poco bajo y confuso, pero destacó con «El día previo», «Los asuntos pendientes», «El ingenio humano», «Sonido ensordecedor», o una versión de una versión (sic) de otro de sus proyectos, Jóvenes y Sexys. Su primer disco se llama La Lucha Constante y merece una escucha.
Las Robertas salieron al escenario en formato trío, con sus pulseras del Primavera aún en las muñecas y magnífico batería disfrazado de mujer. Arropadas por numerosos fans y varias celebrities (Erlend Øye por ejemplo), no se conformaron con repasar su primer disco, sino que tocaron un buen número de destacables temas inéditos como «Seconds Away», «Inside and Out» o «Fresco de Cas”.
Grunge, psicodelia, C86 o Sarah Records, estilos y referencias a priori inconexas, iban encajando con toda naturalidad mientras también sonaban canciones ya conocidas como «Ojos con dientes» (publicada en un single para Gran Derby Records), o «Ballroom” o «The Curse» del Cry Out Loud.
El público, que comenzó hipnotizado por la demostración de ruido y melodía y no se movía más de lo necesario, se fue animando en paralelo a un concierto que pasó del noise al power pop más descarado y se cerró a todo ritmo e incluso pogo gracias a un combo final irresistible, «Back to the end», «Ghost Lover», e «In Between Buses».