Little Green Cars – Ephemera (Glassnote)
Ephemera suena a noche tormentosa, a sueños que se tienen tras una experiencia traumática, a ritual crematorio y a pulso ganado contra la depresión. Este tipo de bandas no deben faltar nunca en nuestras vidas. En los veranos, entre festivales, temas bailables, risas, cachondeo y subidones se nos olvida la importancia de este préstamo sentimental que realizan los hijos de San Patricio.
Little Green Cars se ha convertido en una noble representación de esa banda impermeable que ha sabido adaptarse a las nuevas exigencias de un público que se aburre con facilidad. Aquí todos cantan, pero las voces de Stevie Appleby y Faye O’Rourke son los colores con los que más identificados se sentirá el oyente. Él parece el hijo que siempre quiso tener Neil Young en temas como “You vs Me” y ella es un bello trébol de verde radiante que aguanta tormentas con una fuerza desgarradora que te emocionará sí o sí con “Easier Day”.
Pero Little Green Cars suena a conjunto, sobre todo cuando nos vuelven a regalar sus armónicos en temas suaves como “The Garden Of Death”, “I Don’t Even Know Who”, “Winds Of Peace” y “The Factory”. También hay dúos como “Clair de Lune”, pero se podría decir que las voces cantantes se reparten muy bien este sueño efímero que los propios músicos definen como el desvanecimiento de una luz y la belleza de un momento. Un álbum terapéutico para echar el candado a experiencias duras del pasado y mirar hacia delante con la sensación de haber aprendido algo. A partir del octavo track, Ephemera anochece y nos mete en la fiesta más incómoda en la que jamás hemos estado con “The Party” y en un túnel de sentimientos enfrentados con “Good Women Do”.
En definitiva, su segundo disco es un álbum muy unificado, menos heterogéneo que el anterior (ya no escuchamos recursos arriesgados como aquel vocoder del primer LP) pero que destaca por capturar momentos que conectan con lo cotidiano, los días grises y los grandes cambios vitales de sus oyentes.