Llorente – Libro de familia (Factory Du Cardelin)
En el hipotético caso de que alguien, bajo amenazas diversas, me obligara a definir este nuevo disco de Llorente con una frase corta, digamos de 4 ó 5 palabras como mucho, creo que lo tendría claro: amor a la música. Amor a la música que se refleja, por ejemplo, en el hecho de que un disco prácticamente autoeditado se lance en un formato que resulta más aconsejable para álbumes cuyas ventas garantizadas se cuentan por millones. Nada menos que vinilo y CD con un libro-disco interactivo con un montón de datos sobre las canciones, un prólogo del periodista Javier Escorzo, fotos, códigos QR que dan acceso a material audiovisual, textos personales firmados… Hay que estar muy loco o muy convencido de lo que uno hace, querer mucho a la música y a lo que representa en la vida de uno, para jugársela así. Perfecto, una maravilla con diseño de cubierta a cargo de la ilustradora Maite Niebla a quien no quiero dejar de nombrar.
Pero claro, eso no sería suficiente para defender mi frase-resumen del disco. Amor a la música es lo que hay en canciones como “La musa”, que se pregunta de dónde vienen las canciones y encuentra respuesta en una lista de temas míticos que desfilan por el pegadizo estribillo. Amor a la música es también, y en eso cualquier artista estará de acuerdo, lo que hay que sentir para darse esas palizas de cientos de kilómetros en furgoneta para dar un bolo al que no sabes cuántas personas irán. Esos viajes tan llenos de ilusión como de recelo quedan reflejados en “El viaje”. Hay amor a la música en “De segunda fila”, con la colaboración de Javier Alvárez, una celebración de cómo el rock and roll, o el estilo/grupo/canción/disco que cada uno quiera, nos cambió la vida a muchos, y de cómo los más atrevidos insisten en convertirlo en modo de vida.
También hay amor a la música en la multitud de referencias que se adivinan a lo largo del disco. La sombra de Los Secretos está muy presente en medios tiempos como “Instantes” y baladas como “Eva Green”, como la de los Beatles planea burlonamente sobre bastantes momentos de “La guerra de los mundos”. Si es casualidad, es una gran casualidad que, cuando se habla de ese “Tipo extraordinario” que se fue a Nueva York a bailar, suenen ritmos salseros que recuerdan aunque sea de lejos al sonido de Fania Records; y si está hecho a propósito, entonces es una genialidad. En “La gran mentira” se cuelan sutiles referencias a las producciones de Phil Spector, como las campanillas del principio o el redoble del final, aunque puede que solo sean asociaciones que existen en mi cabeza. En “Los malos” canta también Elvira López, y uno piensa automáticamente, dado el argumento, en Bonnie and Clyde. Hablando de colaboraciones, hay que mencionar también la de Cuti Vericad en la enérgica “Ya está bien”. Una especie de canción protesta que…¡sí! ¡También desprende amor por la música! Y es que todas las cosas contra las que se protestan son aquellas que ensucian la pureza de la música, que es lo importante por encima de cuotas de mercado, concursos de cantantes y egos inflados.
Ya que finalmente parece que no me van a obligar a que la frase sea tan corta, ahí va mi resumen: todo lo que Llorente prometía tras Gente Corriente (2018) y La Mujer de Lot (2019) se ve claramente confirmado, con creces, en este Libro de Familia.