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Lo Roto y Lo Sagrado: Leonard Cohen, Jeff Buckley y la improbable ascensión de Hallelujah (Liburuak)

Hay canciones que dejan de pertenecer al artista que la creo y se convierten en acervo cultural, muchas de las veces por razones peregrinas. Generación tras generación, estas tonadas pierden gran parte de su significado original para convertirse en himnos que las personas reinterpretamos a nuestra manera hasta hacerla nuestra ya sea a título personal o a través de una trascendencia colectiva. Canciones que desbordan los límites de su creador tenemos muchas a lo largo de la historia de la música moderna, pero “Hallelujah” de Leonard Cohen es un ejemplo singular. De pasar inadvertida en su disco Various Positions (1984) a consagrarse en una suerte de torch song de autor con múltiples significados.

Alan Light recorre en el ensayo Lo Roto y Lo Sagrado: Leonard Cohen, Jeff Buckley y la improbable ascensión de Hallelujah (Liburuak, 2024) algunas de las andanzas que ha tenido que seguir esta preciosa canción del canadiense, y lo hace tomando la versión de Jeff Buckley aparecida en su único disco acabado a tal fin, el magnífico Grace (1994), como la versión definitiva que la cultura pop escogió para hacer de ella una canción universal, y de paso, rendir tributo a dos artistas de culto. Eso sí, Light hace un sucinto sigue las huellas del tema desde una visión occidentalista, así que aquñi no encontraremos nada que no esté encapsulado en los márgenes del indie y del mainstream oficial.

Cuando Leonard Cohen entregó el álbum Various Positions a Columbia, los gerifaltes de la multinacional no apostaron por el disco, aduciendo que no tenía sencillos comerciales. La discográfica de Cohen Passport Records lo lanzó al mercado, aunque la acogida de público y crítica no fue especialmente buena. Y es que el misterio que contenía “Hallellujah” todavía no se había profanado. Tuvieron que pasar años hasta que un joven Jeff Buckley comenzara a cantar este tema -sin saber su autoría- en sus conciertos en el bar Sin-é, y se empezara a revelar el encanto de una tonada que transita entre lo sagrado y las pulsiones sexuales. Buckley dotó al tema de una fuerza desmedida tan solo con una guitarra y una voz que era capaz de pasar del susurro al desgarro roto en un momento. Glen Hansard, fan de Cohen, dice que el bardo canadiense la cantó “soltando el verso y apartándose”, pero el autor de “Mojo Pin” la interpreta con veneración y unas ansias por llegar al tuétano de su significado primigenio. Buckley fue un espeólogo de las emociones, mientras que Cohen era el hechicero del silencio y el salmo en duermela.

Como se va narrando en el libro, tras la versión del hijo de Tim Buckley, son muchas las interpretaciones que se han realizado de la misma, y muy diferentes las reflexiones que se han sacado de la letra de la canción. Un punto de inflexión para el mercado indie fue el recopilatorio titulado I’m Your Fan (1991) en donde grupos como Pixies, The House Of Love o Nick Cave rendían tributo al poeta. En este disco aparece otra de las versiones canónicas de este tema, la que ejecuta con maestría John Cale, aunque esta no haya arrastrado a las masas como sí que hizo la versión de Jeff.

Que una canción anti-hit como “Hallellujah” haya mutado en himno en ceremonias de bodas y bautizos, reclamo para talent shows, o banda sonora de imágenes luctuosas es porque la cultura pop tiene la capacidad de fagocitar y vertebrar nuevas alianzas con la música. Cohen se murió sin acabar de entender el porqué de tanto éxito, pero como le dijo una vez en un Glastonbury a sus músicos en escena antes de arrancarse con ella: “¡Dejadla ir!”.

Otras cinco versiones favoritas del “Hallellujah” de Leonard Cohen

Surfin’ Bichos, Family Album I, (1993)

 

Rufus Wainwright (Banda sonora de Shrek, 2001)

 

John Cale – I’m Your Fan (1991)

 

k.d. Lang – Hymns Of The 49th Parallel (2004)

 

Sílvia Pérez Cruz – Vestida De Nit (2017)

 

Puedes comprar el libro Lo Roto y Lo Sagrado: Leonard Cohen, Jeff Buckley y la improbable ascensión de Hallelujah (Liburuak) en la web de su editorial.

 

 

 

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