Los Planetas + Deluxe – Plaza de La Quintana (Santiago de Compostela)
Primer concierto de las fiestas de La Ascensión en Santiago de Compostela, las fiestas locales de la capital gallega. Los escogidos en abrir el período festivo fueron dos grandes de la escena independiente estatal: Los Planetas y los abanderados de este movimiento en Galicia, Deluxe.
Los primeros en actuar fueron Deluxe. Con una puntualidad exquisita, ni un minuto de más ni de menos, saltaron al escenario estos coruñeses. El ambiente fue in crescendo tal como se desarrollaba la actuación, ya que mucho público fue accediendo al recinto ya comenzado el directo. Y es que cada vez es más raro asistir a un directo que empiece puntual.
Xoel y compañía desarrollaron una actuación basada en los cánones que marcan en esta gira de presentación de su segundo disco, y aunque el tracklist varío un poco con respecto a anteriores conciertos (como los de Vigo y A Coruña), la fuerza en el directo y la animosidad guiaban su actuación.
Hay que ver qué buen final de concierto siempre con “Qué No”. Sin palabras. Comprobadlo vosotros mismos.
Y llegaba el turno para los clásicos, los maestros, los guías,… y es que es así. Los Planetas venían a Galicia después de cancelar en diciembre sus conciertos en esta comunidad. Y la verdad es que fue el mejor concierto que un servidor ha visto de los granadinos. Y ya son unos pocos.
El sonido fue perfecto, con una claridad tal que las letras llegaban a los menos fieles de la banda; las luces, recogían una atmósfera de psicodelia tal que parecían hipnotizar a los presentes; y el escenario era muy románico, con la presencia de la Catedral como templo sagrado, donde Los Planetas recorrieron la vía láctea y se hicieron acreedores del jubileo.
Fue un concierto para nostálgicos. Para recordar los temas más ilustres de toda su trayectoria en estos diez años que nos han acompañado ( y nos seguirán acompañando) entre montañas de basura, con hermanas pequeñas, celebrando cumpleaños totales y haciendo de su viaje que pasemos buenos días.
Así son ellos: amados por muchos y odiados por otros, pero nunca indiferentes.