Macy Gray – The Trouble Of Being Myself (Epic)
El ejecutivo que haya decidido el título del tercer disco de Macy Gray ha dado en el clavo. Y es que casi todo lo que se desprende de él huele a los problemas que tiene consigo una diva en un mundo de competencia brutal y obligada por mister dólar a regalarle a sus fans ni más ni menos que lo que ellos esperan.
Eso es The trouble of being myself, un trabajo que no decepcionará a los que sean seguidores de la afro-diva, pero cuya aportación al avance de la música es nula. Tiene funk, soul y r&b, es decir lo que una parte de la sociedad afroamericana de Estados Unidos demanda, exactamente uno de los mercados que más dinero está dejando a las multinacionales en la era de la piratería global. ¿Casualidad?
Pese a todo hay que reconocer que la tercera apuesta de Macy Gray supera con creces el anterior The ID, aunque no llega, ni mucho menos, a la sorpresa de On how life is… su álbum de debut. Desde el primer single, “When I see you”, uno ya sabe a lo que se va a enfrentar, una mezcla de canciones que van de la movida más funk, a la ñoñería más empalagosa, cuyo cenit llega con “Jesus for a day” una cursilada lamentable.
Pero también hay ratos que merecen la pena. Aunque el disco es uniforme –casi monótono- hay dos cortes que deben ser destacados. El primero es “It ain´t the money”, donde Macy Gray se encuentra arropada por Beck y Pharoahe Munch (casi nada), que rapean con gracia y solidez, respectivamente. Y el segundo experimento es “My fondest childhood memories”, un inesperado ska por el que su voz se mueve con soltura.
Es cierto que la Gray tiene un problema consigo mismo y se llama estancamiento. Eso sí, su solución nos serviría a cualquiera. Como dice en “Screamin’”: “Todos los problemas se van cuando estás encima mía, amándome, haciendo ruidos. Es tan bueno que me hace gritar”.