Mala Rodríguez – Mala (Universal)
La Mala Rodríguez tiene un poder de seducción que no es de este planeta. Su flow es droga dura. Ya lleva dos décadas evolucionando en un repertorio sin altibajos, y siendo una de mejores artistas en dignificar el rap en este país, y saber cómo hacerlo avanzar en su narrativa. Una mujer que desde que debutara con el mítico y revitalizante Lujo Ibérico (2000) ha metabolizado con soltura el poderío del scratch con fraseo narcótico, de unir a Las Grecas con Lola Flores, y la jerga urbana con el humor de barrio de extrarradio. A la jerezana hay de que darle de comer aparte, sin más.
Con un buen caudal de canciones en el zurrón, La Mala saca su nuevo disco -el sexto en su carrera, se lo toma con calma- en plena pandemia, pero ella no sabe lo que es el miedo, y lo que quiere es que bailemos. Hay que bailar mucho porque se avecinan malos tiempos, y a ella le ha cundido mucho este confinamiento.
Mala (Universal, 2020) ya de entrada destila arte en su portada. Se la ve de espaldas con su larga melena, desnuda, expuesta para ser interpretada ante un auditorio aún ausente en el aula. Ella sabe que de la piel pá dentro es la dueña de su cortijo. El cuerpo solo tiene una interpretación, la que una quiera gobernar.
Abre con la rotunda “Nuevas Drogas” con una producción ampulosa de tecno herrumbroso y en donde se nos insta a vivir la vida, y no perder el tiempo en tonterías. “Like” es un glorioso reguetón (“cuando nos miramos se ven los corazoncitos”) que invita a disfrutar de nuestros cuerpos en la pista de baile, y en “Problema” -junto a la gran Lola Indigo-, líneas gruesas de bajo y bases high-tech de raíces tribales confieren al conjunto un aire inesperado al “Yeke Yeke” del recientemente fallecido Mory Kanté.
Desgarro emocional fluye a borbotones en la historia vampírica de “Superbalada” con un puente vocal que pone los pelos de punta bajo un mullido manto de sintetizadores, y canta junto a Cecilio G la pegadiza “Pena”. Para redondear esta joya, La Mala se deja acompañar al piano y canta sin aditamentos la preciosa “Mami” que es pura y sincera y emocionante.
Escucha Mala Rodríguez – Mala
DIOSA
La cuestión es si ella llegó demasiado pronto para comerse parte del pastel sin que a la muchachada le parezca una vieja gloria cuando ella fue pionera.
Mala malisima.