Mando Diao – Good Times (BMG)
A lo largo de los últimos años, los detractores de Mando Diao han crecido de forma directamente proporcional al declive sufrido por el trabajo de la banda en el estudio, mientras su éxito en directo (sobre todo en festivales veraniegos) se disparaba en términos de popularidad. En cualquier caso es evidente que los suecos han decepcionado en repetidas ocasiones, y ya parecen demasiado lejanos aquellos primeros (y acertados) discos que fueron Bring ‘Em In (2003) y sobre todo Hurricane Bar (2005).
El escepticismo y la desconfianza aparecen por tanto ante cada nueva entrega del combo, y las esperanzas de dar con una obra realmente apetecible parecen moderadas. Sin embargo, y en lo que supone una feliz sorpresa, resulta que el quinteto ha completado el que es (de largo) su mejor disco en años. Una serie de doce temas sin apenas relleno, que acontece con incuestionable ritmo y el acierto pleno de la mayoría de composiciones. Good Times (2017) alberga el indie-rock para (casi) todos los públicos habitual en los autores, pero teñido con una consistente capa de sonido negroide que tiene una miaja de funky, algo de blues y, ante todo, mucho soul.
Una especie de madurez relativa que, unido a lo inspirado de las propias composiciones y la tremendamente convincente interpretación del vocalista Björn Dixgård, propician el éxito de la asunto. El álbum se abre con una pieza al piano sencilla y sentida (“Break Us”), para inmediatamente después dar paso a éxitos instantáneos y pegadizos (“All Things”, “Good Times”, “Shake”). La fórmula se repite a lo largo del elepé, alternando (algunos) momentos de corte introspectivo (“Hit Me With a Bottle”, “Without Love”) con (mayoría de) pepinazos bailables (“Money”, “Watch Me Now”, “Dancing All the Way to Hell”).
Es cierto que Mando Diao vuelven a manejar algunos trucos aptos para cazar al público masivo pero, en esta ocasión, el efecto no provoca rechazo y sirve para rematar la jugada con inteligencia. Con la presente referencia, los escandinavos demuestran haber superado la marcha del que fuese principal compositor Gustaf Norén, y vuelven a situarse como esa banda creíble e infalible que algún día fueron. Y mientras, los instigadores seguirán ahí, pero en esta ocasión tendrán difícil encontrar argumentos de peso con los que vilipendiar al grupo.