Manola – El Sótano (Calaverita Records)
Ya había ganas, muchas, de que apareciera el debut de Manola. Desde que escuché “1977”, uno de los temas de adelanto que la gaditana, cuyo nombre real es Teresa Ríos, supe que había algo especial aquí. Ciertos efluvios a canción melódica, a disco music, a pop de toda la vida, que no peleaban, sin embargo, en absoluto, con una férrea personalidad, me mantenían pegado como una lapa a la escucha de esa canción. Un sonido fresco, rutilante, que incitaba a bailar, pero sin dejar de fijarse en detalles como el aspecto lírico o la producción. Y sin dejar de producir, a la vez, cierta sensación de melancolía.
Se notaba un producto cuidado, orgullosamente diferente, que juega con acentos soul cuando casi nadie en este país lo hace. Y es que Manola, que lleva desde 2021 siendo teclista de la banda de Aranjuez Rufus T. Firefly, ha contado con grandes colaboradores para llevar esto a cabo, sobre todo Alex Fernández, de Vera Fauna, que la ha estado acompañando como productor en todo el proceso que ha sido la creación de este disco.
Un disco sanador, un disco de catarsis personal, cuyas canciones han sido usadas por la autora para lograr el autoconocimiento suficiente como para situarse en su actual momento vital. Unas canciones que empezaron a brotar tras la necesidad de Teresa de abandonar Cádiz para establecerse en Madrid. A través de ellas cuenta la historia de ese momento difícil, de los problemas que acarreó, de la necesidad de sanación subsiguiente y del arduo viaje que hay que hacer para encontrarse a una misma. Tiene, por tanto, un aire narrativo, conceptual, que sopla a pleno pulmón cuando se escucha en orden la secuencia completa.
El Sótano, que recibe su título del hecho de que está grabado en su práctica totalidad en el sótano de la casa de los padres de Manola, está repleto de canciones tristes que quieren bailar. A través de ello logran con frecuencia lanzar un mensaje esperanzador, cubrirlo todo de un halo de luz, como si de un foco de discoteca se tratara. De esa forma, y tras una “Intro” que es como si el disco se desperezara, entra “Adicción”, que parece salida de una peli Blaxploitation de los 1970’s y presenta la historia: una persona totalmente perdida en la noche que busca la salida a todas sus dudas. La música es sugerente, cubierta de bruma, fantásticamente bien ensamblada. Y la voz de Manola, que, digámoslo ya, es supina, pilota de forma maestra la historia de esta persona que habla desde lo más hondo y oscuro del pozo.
“Me extraño” es otra melodía deliciosa envuelta en efluvios disco. Suena a lo más delicado de Chaka Khan, de Labelle, de Diana Ross en su etapa Chic. La música viaja a una velocidad de crucero que deja que todo respire. La protagonista echa de menos la que fué y esa es la llave de que empiece a buscarse. “1977” vuelve a alertar del peligro con su “esto va a acabar mal”. Es la pieza más bailable del conjunto, tremendamente adictiva. El single perfecto, que desemboca en “Rota”, canción que supone el vértice de la historia a base de otra melodía memorable, deliciosamente pop, que sublima el punto álgido del hilo argumental y cierra la cara A en el punto anímico más bajo, a partir del cual la única opción es hacia arriba.
“Hoy por mí” es una especie de torch song que señala el camino de vuelta. Un himno al auto amor, con unos arreglos de guitarra que le otorgan aires psicodélicos y que empieza a aportar soluciones. Y esas soluciones llegan a través de la autodeterminación. “Estoy aquí” vuelve a usar el tempo lento para mecer al oyente y transmitir una esperanza que se va vislumbrando y llega definitivamente con la superlativa “I’m not looking back”, título en inglés, pero canción en castellano, que es una maravilla. Soul psicodélico, elegante, exuberante, para no mirar atrás y que, junto a la desnudez de “Fin” señala el final de un viaje breve, que deja con ganas de más y que significa el descubrimiento pleno del talento de una artista que merece, por derecho propio, empezar a ser señalada como parte de lo más estimulante entre lo aparecido en la península durante este ejercicio 2024. Déjense seducir por esto, es algo más.