Mark Eitzel – Hey Mr. Ferryman (Decor/Popstock!)
Bernad Butler ya ha demostrado, en multitud (y variopintas) ocasiones, ser un productor con una especial habilidad a la hora de adaptarse a las peculiaridades de su cliente. El ex guitarrista de Suede tiende a sacar lo mejor de los músicos con los que trabaja (en su currículo aparecen nombres tan dispares entre sí como los de Ben Watt, Flowers, Duffy, The Libertines o incluso Tricky), respetando (y realzando) la propia personalidad del protagonista, y al mismo tiempo implicándose de manera explícita en cada proyecto y más allá de la mera mesa de mezclas.
Por eso la unión del británico con un autor tan personal y sentido como Mark Eitzel (ex vocalista de los nunca suficientemente valorados American Music Club), generaba gran curiosidad e insinuaba, ya desde su anuncio, unos resultados de lo más atractivos. Una sinergia plasmada también en la práctica, que ha tenido como consecuencia un disco tan cargado de virtudes, bien rematado y adornado con giros como es Hey Mr. Ferryman (2017). La poderosa lírica de Eitzel resulta así amparada por una instrumentación donde los arreglos de Butler -cuidados, apropiados y favorecedores-, pulen y revalorizan las canciones exponencialmente.
El álbum se abre con una pieza luminosa, directa y de aspecto pop como es “The Last Ten Years”, para a continuación virar hacia la habitual melancolía presente en la música del remitente, con la insinuante “The Road”, “An Answer”, o la acústica “Nothing And Everything”. A pesar de alguna que otra excepción como la pegadiza “An Angel’s Wing Brushed The Penny Slots” o la agresiva “La Llorona”, es (una vez más) en esa melancolía arrasadora donde radica el principal distintivo del firmante, tratada ésta siempre con elegancia y respeto para conseguir el calado.
El enésimo disco de Mark Eitzel es, de nuevo, una obra ideada para degustar con necesaria calma y atención, y se impone como digna sucesora del abrumador Don’t Be A Stranger (2012) lanzado hace casi cinco años. En realidad, y mirando con perspectiva y supuesta objetividad, la presente referencia podría situarse sin complejos entre la zona noble de todas aquellas publicaciones registradas por el norteamericano a lo largo de veinticinco años de carrera en solitario.
Bernard Butler es un puto genio¡ y me fastidia que no esté valorado¡