Mart Avi – Blade (Porridge Bullet)
Descubrí al músico estonio Mart Avi hace un par de años cuando publicó su quinto álbum Vega Never Sets (no sé si era un guiño a su admirado Alan Vega), y me quedé fascinado por esos sonidos que se balanceaban entre el pop abstracto, el sophistipop, y la electrónica al servicio de canciones enormes. Uno de esos descubrimientos reveladores.
Este año vuelve con otra lista de canciones que no debería pasar inadvertidas a todos los amantes del pop con distinción. Avi diseña canciones como si fuera un arquitecto: atento a los espacios, la luz y las sombras, el juego entre contrastes, los acabados… Son sonidos que parecen fluir como en espiral, y cuando entras en la dinámica de esta tu mente no sabe si ponerse a bailar o escuchar atentamente cada uno de los detalles que se han diseñado para la canción. Pero ante todo son canciones que transmiten naturalidad, aunque todas ellas estén muy pensadas en el estudio de grabación.
Abre el fuego con “Feline” en donde una caja de ritmos y la guitarra de Avi van trenzando una melodía que bebe por igual de Mark Hollis como de los Roxy Music. Hipnótico. El nervio de “Lost Weekend” recuerda a unos Talking Heads pasados por el filtro mántrico de Arthur Russell, y tu sistema nervioso te pide mover el cuerpo y dejarse arrebatar por estos sonidos narcóticos.
Más tranquila es “Life 4 Sale” compuesta a piano bajo un manto de efectos electrónicos, y que acaba siendo una preciosa pieza de pop de cámara, para después en “Demon With A Glass Hand” una batería programada y unos sintetizadores alcen una bella melodía de soul sintética. La nocturna y cinética “Untraceable” es un emotivo downtempo con trazas de triphop, y el R&b mutante lo retoma en “Beauty Attacks”, para acabar poniendo su sentido falsete a ritmo de drum & bass orquestado en “The Footage”. Gran disco.