Marta Movidas – Martillo (Sonido Muchacho)
Parece que ha pasado una eternidad desde aquella «¿Por qué dices que sólo somos amigos si ni siquiera somos amigos?» con la que conocimos a Marta Movidas en pleno confinamiento. Nacía un peculiar proyecto con el pop como intención máxima y una desacomplejada forma de abordarlo. Poco a poco fueron llegaron varias composiciones de ingenioso título entre lo naïf y lo amargo, hasta desembocar en Os Castigaré (2021), artefacto cargado de ironía, chispa y un poso otaku de lo más peculiar.
La madrileño-alcarreña sigue creciendo y tras el también reseñable EP Yunque, nos menea con diez nuevas canciones que dan forma a su segunda entrega. Un Martillo que sigue en esas coordenadas que partiendo del tontipop patrio, desbordan un alto componente nipón, de hecho ha sido mezclado en el estudio de Yoshinori Adacchi de Japón, bajo la producción del prolífico Dani Belenguer (Bearoid) conocido por su trabajo con gente como Casero o Ganges.
Como si viviéramos atrapadas en un caleidoscópico videojuego, su capacidad para construir auténticas virguerías melódicas es de aplaudir, ya que no hay espacio para el respiro en esta oda retofuturista sin desperdicio. Desde esa machacante «… en vez de nacer marillo» con la que se inicia, hasta esa copla de bedroom pop que es «Guadaña de iridio» (inspirada por el videojuego de granjas Stardew Valle), encontraremos arrebatos para todos los gustos.
Basta con dejarse llevar por este festín de melodías chiclosas y espídicas que barniza la curiosa «No sé qué hacer cuando te encuentro» y sus deliciosos «pa-ra-pa-pa», por el citypop ochentero de la maravillosa “Qué le digo a mis amigos», el future funk de «Vamos sombra», esos sintes de enmarcar que aparecen en «Calvario (¿Me ves llorar?)» o los guiños al disco setentero de «Mariposa Bianor». Brava.