Masta Killa – Live (!K7 Records)
Siempre es bueno tener noticias de Wu-Tang Clan y de sus miembros en solitario. De la selección de cracks que componen la formación prefiero a RZA o GZA antes que a un Masta Killa que, en comparación, palidece frente a ambos titanes. En cualquier caso, no se me alboroten, que Masta bebe del buen rap de quilates y, a falta de novedad discográfica, este Live es un agradable aperitivo para revivir pepinazos inagotables como “Triumph” y repasar temas de su álbum debut No Said Date (Natural Sounds / 2004). Todo ello comprimido en poco más de media hora que entra como un tiro y respira el aire de un Brooklyn que, lejos de embriagarse con el hedonismo desbordado que venera la Costa Oeste, huele a personajes y situaciones para una novela de Richard Price.
En el país de Busta Rhymes, a Masta Killa le echan en cara su falta de velocidad rapeando; incluso una parsimonia que no parece la elección más apropiada para conjugar con la descarga de beats cortesía de RZA. ¿Y qué? Peor sería tener el poco registro vocal, es un decir, de Ice-T. Además, la jugada es ganadora desde el instante en que tu actuación mezcla éxitos con actitud -de mito a través de los versos, tanto de GZA como de su verso para “Da Mistery of Chessboxin”, con el que abre accapella el show-, personalidad propia más intervenciones externas -con Inspectah Deck, Prodigal Sunn o Streetlife como escuderos de categoría-, y acumulación de hitazos conforme el disco llega a su fin. Más no se puede pedir, o desechamos las matemáticas como garantía de éxito. O el trallazo de School -“Hip Hop is Everything, is Universal”- y su curva final -a partir del 01:39- ha dañado severamente mi cerebro.
Da igual la entidad menor de un trabajo que se presenta en live como una defensa de la capacidad de su protagonista por rimar tranquilo y seguro, encadenando cascadas de versos que enfurecerían y acojonarían a más de uno -“Tongues hiding razors, Minors turn Majors”; “The game aint´ changed” en “Silverbacks”. Da igual, incluso, que nos deje salivando a la espera de nuevas entregas del Clan o de un LP con más enjundia y menos juego sobre seguro. Da igual que me gusten más The Roots. Porque “Brooklyn is in da house”, y yo mejor me callo y vuelvo a poner el disco una vez más.