Matt Sweeney & Bonnie ‘Prince’ Billy – Superwolves (Domino / Music As Usual)
Dieciséis años han tenido que pasar para que vuelva a darse la alianza formada por Matt Sweeney (otrora miembro de Chavez, Skunk y Swan en lo que son algunos puntos de su extenso currículum) y Bonnie ‘Prince’ Billy –aka Will Oldham–, tras firmar aquel ‘Superwolf’ (Domino, 05) de agradable pero ya lejano recuerdo. La dupla regresa con uno de esos discos de intensas emociones y aparente sencillez, apostando por el mínimo de arreglos y adornos que sirvan como encuadre pero sin desviar la atención del argumento principal.
Una premisa que, efectivamente, consiste en alumbrar canciones –un total de catorce– con cuerpo y alma, capaces de levantar sentimientos en el oyente. El objetivo queda cumplido durante buena parte de una referencia concretada entre folk y country, y que solo adolece ligeramente de exceso de celo y duración excesiva. Porque, obviando esa saturación que en algún momento aparece tras incidir los músicos sobre la propia base del asunto, este es sin duda un elepé notable. En cualquier caso, se aconseja degustar la entrega en pequeñas dosis, asimilando su calado de manera paulatina y sin prisa por llegar al final. Matt Sweeney & Bonnie ‘Prince’ Billy pasan, a lo largo y ancho del elepé, del formato acústico al eléctrico sin mayor pudor, dejando por el camino destacadas como «My Blue Suit», «Hall Of Death», la inicial «Make Worry For Me», «Resist The Urge», las delicadísimas «My Body Is My Own» y «Good To My Girls», «I Am a Youth Inclined To Ramble», o la final «Not Fooling».
En realidad y a efectos prácticos, ‘Superwolves’ (Domino, 21) es un álbum para situar en la estantería al lado del resto de la obra de Bonnie ‘Prince’ Billy, ya sea bajo ese pseudónimo, con las diferentes mutaciones de Palace, o directamente como Wild Oldham. Y es que, el perfil artístico del de Kentucky resulta siempre tan marcado que termina por imponerse como gen dominante en cualquier tipo de simbiosis. Y este disco tampoco es una excepción lo que, en realidad y dada la fiabilidad del autor de ‘I See A Darkness’ (Domino, 99), debe considerarse una buena noticia.