Midlake – The Courage of Others (Bella Union)
Cuando se publicó The Trials of Van Occupanther (Bella Union, 2006), el segundo disco de la banda texana Midlake, nos cayó en las manos – a primera vista – como un buen disco de rock; ampliamente sinfónico, reminiscente de algunas grandes bandas de los setenta, y con una carga poética acaso por encima de lo habitual. Un pequeño bicho raro. No obstante, el tiempo fue situando aquel trabajo, cada vez más, en el lugar del Olimpo que se merecía; así, un par de años después de su aparición, aquel impecable trabajo ya había quedado bien clavado en nuestro repertorio de discos favoritos.
Babeábamos pues de impaciencia este febrero cuando se anunciaba el lanzamiento de un nuevo disco de Midlake. Y, afortunadamente, de nuevo tenemos entre manos un disco sencillamente magnífico. Los de Denton, más afinada que nunca, se reafirma en un virtuosismo lírico y una enorme ambición musical, regalándonos un disco repleto de melodías grandiosas y de canciones tan ricas como emotivas. Sin sonar ampulosos en ningún momento, vuelven a conseguir un sonido tan épico como cálido y cercano.
Desde los primeros compases de “Acts of man” los fans de Midlake se encontrarán en terreno familiar; un tema precioso, unas voces cálidas, un dominio total del ritmo y la intensidad musical, percusiones y vientos al más puro estilo Jethro Tull. A lo largo de todo el disco hay ocasiones sobradas para enamorarse de cualquier canción – desde el emocionante estribillo de “Core of nature”, con su aire levemente flamenquillo (nada menos), hasta la exquisita guitarra de “The horn”, pasando por cualquiera de las composiciones de medio tiempo que Tim Smith y los suyos saben hacer tan, tan bien.
Y es que al igual que en su anterior trabajo, en The Courage of Others no hay ni una sola canción mala o de relleno, ni tampoco un tema que eclipse a todos los demás; todo el disco discurre a un nivel constante – y muy, muy alto. Si en el pasado “Roscoe” alcanzó cierta notoriedad a pesar de no ser, necesariamente, la mejor canción del disco, en esta nueva entrega también costaría un poco designar un single. Es de suponer que acabarán lanzando alguno, no obstante; y es que parece que este nuevo disco puede acercar a Midlake a las dicotomías propias de las listas de éxitos. Por lo pronto, ha entrado directamente al número 18 de las listas de ventas del Reino Unido – esto es, por encima de Kings of Leon, Lilly Allen o Vampire Weekend (e, irónicamente, por encima de uno de sus grandes referentes, Fleetwood Mac).
A la pregunta de si este disco es mejor o peor (o demasiado parecido a) que The Trials of Van Occupanther, la respuesta es algo difusa. Sin duda mantiene o mejora el nivel de virtuosismo instrumental; la calidad de las composiciones es similar – cuando no mejor –, y el contenido lírico y la ambición poética siguen siendo del mismo calibre, aproximadamente. Acaso puede decirse que, con respecto a su anterior trabajo, a este nuevo disco parecería faltarle un poco de chispa en algunos momentos, algo más de variedad en los tempos, más sorpresas y un pelín de fuegos artificiales. Pero por otra parte The Courage of Others es un trabajo mucho más sólido y que se enfrenta a un reto mucho más difícil, como es el de seguir a un excelente disco y consolidar así una trayectoria musical. Donde tantas y tantas bandas se hunden publicando segundos trabajos mediocres o vacíos, o tratando de camuflar su falta de ideas con histriónicos cambios de estilo, Midlake sigue en rumbo y no trata inútilmente de sorprender, sino de convencer. A pesar de algún ocasional minuto de monotonía, este disco está hecho verdaderamente a lo grande.
Tenemos entre manos, pues, un magnífico disco de rock, hecho por músicos artesanos que no tienen ningún miedo a hacer música con mayúsculas, en la liga de grandes como Wilco o Radiohead – músicos sin límites, que derrochan talento, y que tienen por delante años de evolución y creación en los que volver a dejarnos patidifusos con perlas como este The Courage of Others.