Mira Calix – Skimskitta (Warp)
Nueva música de Chantal Passamonte, original de Sudáfrica y mas conocida en el circo musical con el sobrenombre de Mira Calix. Se trata de su segundo largo, el primero después del bastante duro One On One(00), un trabajo que fue bien recibido por la crítica especializada pero que asustó bastante al oyente de a pie y que, sin embargo, le sirvió para hacerse un nombre y acompañar de gira a Radiohead, lo que también da la medida de los orígenes y referentes en la evolución de los de Oxford.
Los desvaríos de Chantal podrían englobarse dentro del llamado sonido Warp más clásico, el de la tercera generación. Es decir, lo que a día de hoy sustituiría a la primera generación intelligent techno, o lo que es lo mismo, a The Black Dog, Seefeel, Sabres Of Paradise, B-12 o los primeros Autechre, y que a su vez vino a ser revulsiva del sonido Bleep que le dio prestigio al sello. Mira Calix entraría de lleno en la electrónica arisca y polirrítmica de unos Autechre, pero reconstruyendo esquemas tal y como llevan a cabo sus compañeros Boards Of Canada, aunque desde un punto de vista diferente.
Con respecto a One On One, decir que Skimskitta acota el terreno y afina los dardos. Si bien en ese trabajo se apreciaba ya un intento por cuajar la ubicación de una artista nacida al amparo de una estética y referencias muy definidas, no es hasta ahora cuando se despega de clichés, creando una obra personal con carácter independiente. A partir de un esquema organizado en piezas principales que se intercalan entre otras menores en duración (que no en importancia ni calidad dentro del álbum), persigue (y consigue) un carácter mucho mas narrativo, cinemático y dinámico que su predecesor.
Obviando estúpidas metáforas, Skimskitta podría definirse como fantasmal oscuro y gélido en su sonido (gótico en realidad, como los temas mas enigmáticos de Plaid o Autechre) con la salvedad de que, familiarizados ya con los esquemas compositivos del sello de Sheffield, sus temas abren puertas a la belleza (“Distracted 2”), a la nostalgia (“Shadenfreude”), a la inquietud (“Woody”) y sobre todo al terror (“Sixnot 6”) a partir de esquemas rítmicos propios del ambient menos manido y que adhieren al disco la inquietud y personalidad (especialmente) para que no se pudra a las primeras de cambio.
Realmente ahí es donde esta su mérito. Un disco complejo, tan rítmico como melódico (la melodía hay que buscarla, claro) que requiere atención y cuidado en su escucha, menos abstracto que su destructivo One On One, y que no plantea cambios o rupturas radicales, pero con carácter y suficiente vida propia para no confundirse con los miles de clónicas de este sonido que se publican cada día en el resto del mundo.
Una vez más, resulta curioso ver como, a pesar de los bandazos que ha ido dando Warp a lo largo de su ya longeva existencia, todavía guarda numerosos ases, que año tras año atisban nuevos horizontes musicales para fortuna de sus arcas y de sus numerosos fans entre los que, por supuesto, me cuento.
Con el caso de Mira Calix, como sucede con sus labelmates Autechre, o, en menor medida, con Aphex Twin , uno tiene la impresión de conocer lo que escucha (incluso lo que va a escuchar). Sin embargo, no por ello desciende el interés ni, sobre todo, la inquietud.
Al sonido de Warp (el de siempre y al fin y al cabo, el que hace que nos compremos y sigamos interesados por sus discos), no le invade la sensación de nostalgia ni el tiempo lo madura como “clásico” en un sentido estaticista. No se convierten en modelos a admirar, sino en corrientes a seguir. Ojalá podamos seguir diciendo lo mismo dentro de otros diez años.