Morgan (Sala París 15) Málaga 25/11/23
La extensa gira de The River And The Stone (North Records, 2021), el trabajo que ha consolidado a Morgan como una más que eficiente banda de americana que no hace ascos al soul o al pop, ha ido desarrollándose a lo largo de dos años frenéticos para la banda madrileña. La parada del pasado sábado en Málaga cristalizó en una perfecta comunión entre músicos y público en una noche de celebración, con Nina, líder y cantante, como maestra de ceremonias irradiando carisma y naturalidad a raudales, metiéndose a la gente en el bolsillo desde el primer segundo, y haciendo gala de su torrente de voz para deleite de la concurrida Sala París 15.
Es imposible no fijar la mirada en ese lugar del escenario donde ella y su teclado hacen magia evocando a Nina Simone, Patti Smith o Brittany Howard al conseguir entonar donde parece imposible llegar, levantando el vuelo de un cancionero ya de por sí valioso, pero capaz de alcanzar otro nivel llevado en volandas por tan preciado don.
Las canciones de sus tres largos fluyeron de manera ágil y seductora, cimentadas en la rotunda máquina engrasada que el sexteto consigue engranar en vivo, haciendo brillar orgullosos sus múltiples recursos, esos en los que merece la pena detenerse en un lujoso recorrido visual que empieza y acaba en unos teclados del todo envolventes marca de la casa.
Morgan habitan una división del pop-rock nacional donde comparten espacio con Maika Makovski, por citar un ejemplo cercano, al beber de la tradición americana con gusto exquisito e innegable talento para dar con canciones de poso atemporal como “Alone”, “Another Road” o “The River”, escritas para perdurar, capaces de resistir cualquier envite coyuntural, rocosas y aguerridas.
Cuando Nina desliza sus sensibilidad por los surcos de “Volver” o “Sargento de Hierro”, el tiempo parece congelarse en una secuencia cargada de emoción sincera en la que se puede sentir el latido de cada nota, de cada verso. Y en ese contraste entre el vigor de su vertiente más visceral y agitada, y la delicadeza de su cara más soul, los madrileños representan el triunfo de la música capaz de remover sentimientos en su más amplia expresión.