Conciertos

Neurosis + Karma To Burn – Rock Kitchen (Madrid)

El trío de Stoner Rock instrumental, Karma to Burn, eran los encargados de abrir para la gira española de Neurosis. Karma to Burn se formaron en West Virginia a principios de los noventa y formaron parte de la avanzadilla Stoner de aquellos años, junto a bandas como Kyuss o Fumanchu. La formación se separo en el 2001 y se volvieron a reunir en el 2009 con más fuerza que nunca, editando lo que para un servidor es su mejor disco; V.

El concierto que ofrecieron en Rock Kitchen fue corto, ya que no disponían de mucho tiempo. Las “estrellas” de la noche tenían un set de dos horas preparado y los conciertos debían acabar a las 23:00. Aun así pudimos disfrutar de una autentica apisonadora en directo con la, efectiva y martilleante, base rítmica compuesta por: Rich Mullins al bajo (todo un espectáculo en directo) y Rob Oswald a la batería.

Lo más parecido a una sauna debía ser la sala madrileña a eso de las 21:00, el aire acondicionado, apagado a petición de la banda, y el recinto repleto (entradas agotadas) no ayudaban a crear lo que se dice un ambiente muy fresquito.  Cuando me enteré de la extravagante petición de Neurosis, pensé que lo que querían era conseguir una ambientación parecida a la que disfrutan algunas almas en las calderas de Pedro Botero. Pero no era así, al parecer  lo piden en todas las salas, porque, según su criterio, el ruido que genera el aire acondicionado impide disfrutar del concierto en su plenitud.

A juzgar por lo que vimos a continuación se les puede perdonar casi todo. El quinteto liderado por el orondo guitarrista y vocalista Scott Kelly, el guitarrista Steve Von Till, y el bajista Dave Edwarson, lo dieron todo sobre el escenario.

Un concierto de la banda de Oakland es toda una experiencia desde principio a fin, desde las proyecciones que se hacen durante todo el concierto, que pasan por imágenes psicodélicas, films de terror gótico, escenas reales de guerras y otras lindezas, hasta la preparación de los temas, que van encadenados con diferentes sonidos y músicas ambientales haciendo de todas las canciones una sola, como si de una Opera Rock se tratara.

Ver a Scott Kelly tocando (sin necesidad de virtuosismos exagerados) su vieja guitarra Gibson Les Paul, que le acompaña desde los principios de Neurosis, es algo que aconsejo encarecidamente a los amantes de las seis cuerdas. Dicho sea de paso, y como dato anecdótico, la guitarra luce en el clavijero el diente que le falta al propio Scott en su dentadura.

El setlist fue una acertada selección de casi todas las etapas de la banda, así, sonaron entre otras; “End of the Harvest” y “Belief” del álbum Times of Grace, “At the End of the Road”, con la que Steve Von Till aprovechó para tocar su guitarra con el micro y ya de paso taladrarnos los tímpanos, y “Water is not enought” del Given to the Missing, tocando también esta ultima que da título al disco, “A Season in the Sky”, “Through Silver in Blood”…

Como colofón final, Steve Von Till y Scott Kelly abandonaron sus respectivas seis cuerdas para darle a la percusión, mientras la base rítmica y Noah Landis, a los efectos y ambientaciones sonoras, se despachaban a gusto con sus respectivos instrumentos. Final más intenso imposible.

Oportunidad única y, diría, irrepetible para ver a estos monstruos del Doom y Sludge Metal, por mucho que a ellos no les gusten las etiquetas.
Todavía me pitan los oídos y creo que me gusta.

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