Nine Inch Nails – Year Zero (Interscope)
Incluso para un fan talibán de NIN, tras el fiasco del disperso With teeth, la fe en el maestro Reznor estaba resquebrajada. Nada esperaba de Year Zero y ciertamente, tras su escucha minuciosa, no todo está perdido. NIN jamás volverán a escribir una obra a la altura de las publicadas la pasada década, pero Trent puede aún escupir su veneno con credibilidad y valentía.
Vuelve el concepto, el bloque sólido de transmisión abandonado desde The Fragile. Destaca el enfoque de Year Zero: lo que antes era focalizar la música en el dolor particular, en la incomprensión de weirdo encerrado en su cuarto oscuro, pasa a hacerlo en la vergüenza y la frustración de ser ciudadano estadounidense. Una crítica durísima a la sociedad y política de U.S.A., y por añadidura de occidente; a su radicalismo religioso y afán imperialista justificado con La Biblia en una mano y la metralleta en la otra. Por tanto, amplitud de miras; una perspectiva comprometida con la realidad y ajena al individualismo imperante en sus obras maestras Downward Spiral o Broken.
Es este un trabajo mucho menos guitarrero, predominantemente electrónico, industrioso y con más máquinas de por medio que, sin embargo, muestra más músculo e intenciones que la minucia de With Teeth. No existe la violencia sónica explícita de antaño, a pesar del explosivo inicio con “Hyperpower!”, “The beginning of the end” y “Survivalism”, que da paso a una rabia más sutil e intrincada, defendida por una infecciosa electrónica carcomida (inapelables “Vessel”, “My violent heart” y el binomio canto a la alienación “The greater good”-“The great destroyer”). Mención merece “Another version of the truth”, instrumental belleza muerta al piano que rememora temas como “the frail” o “A warm place”.
Una notable mejora de actitudes, menos tangible en lo musical, que esperamos persista con su continuación el próximo año según palabras de Reznor.