Discos

No Doubt – Push and shove (Universal)

No Doubt han vuelto. Volvieron el año pasado, vaya. ¿Es esa una buena o mala noticia? De hecho, ¿es una noticia? ¿Alguien los esperaba? ¿Aporta algo este nuevo álbum, once años después, a lo que Gwen Stefani ha venido ofreciendo en sus álbumes en solitario? La respuesta, por si el amable lector quiere ahorrarse el resto de la reseña, es un rotundo no.

Es cierto que los tres singles, «Settle down», «Looking hot» y «Push and shove», entreabren una puerta a la esperanza. Ligeros toques jamaicanos (que se repiten en algún otro tema, como «Sparkle»), la producción de Major Lazer, algunos pasajes instrumentales bastante inspirados, melodías potentes y pegadizas… Pero en realidad eso es todo. Las baladas no resisten la comparación con su inmortal «Don’t speak», aunque a estas horas eso tampoco es ninguna sorpresa. Sí que lo es, y negativa, que en las canciones («One more summer», por citar una) con un sonido más comercial, más MTV, el grupo renuncie en parte a su personalidad y opte por repetir algunos hallazgos de los discos en solitario de su cantante y por acercarse al pop ultra comercial con sabor (efímero, como en los chicles) a fresa. En fin, que más que a los No Doubt de los buenos momentos (recuerdo el vídeo de «Just a girl» y me saltan las lágrimas) suenan más a Katy Perry o, y esto es más triste, al famoso «Call me maybe» de cuya autora no es que no quiera acordarme (que también), es que realmente no me acuerdo (y no me apetece buscar su nombre).

El mejor resumen que puedo hacer del regreso de No Doubt es que no era necesario. Tal vez sí para sus seguidores más impenitentes, incluso puede que para los que han disfrutado del pop desenfadado y sin complejos de Gwen Stefani en solitario, pero no para un público en general al que me imagino ya ligeramente saturado de este tipo de música, y que probablemente no necesita que vuelva una banda de los 90 a repetir lo mismo que se puede ver cada 10 minutos en la MTV por parte de bandas y solistas mucho más jóvenes y, por tanto, más hechas a medida para los jovenzuelos que consumen ese pop Disneychanneliano.

Por cierto, qué pena que tantas bandas míticas de los 90 estén desperdiciando su legado regresando cuando hace ya tiempo que no tienen nada interesante que decir. Y no diré nombres, que luego en los comentarios la gente se inflama y eso no es bueno para el corazón.

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