Discos

Palehound – Eye On The Bat (Polyvinyl Records)

El Kempner (1994), la artista americana conocida como Palehound, nos ofrece esta vez un disco de desamor ahondando en el dolor en este proceso de crecimiento. Una maraña de nervios y sensaciones en carne viva, que revela todas las facetas de una separación con detalles explícitos, desde el  arrepentimiento y la vergüenza hasta los momentos de desesperación.

Si en su último disco Black Friday (2019) hablaba sobre la alegría de un nuevo amor, en Eye on the Bat muestra dos momentos simultáneos de crisis existencial de la cantante, por un lado la cancelación en 2020 de la gira de su anterior disco debido a la pandemia y por otro la ruptura sentimental con su pareja. Dos situaciones de colapso emocional que justifican el giro de sonido de a un registro más punk y feroz, mostrando con franqueza sus momentos de vulnerabilidad.

Abre el disco con “Good Sex” tema de menos de dos minutos con guitarras y batería contundentes que reafirman su discurso, donde no tiene reparos en reconocer de un modo irónico (en algún momento se le escapa una risa) su esfuerzo por reparar su relación con un absurdo intento de seducción tirando de lencería, para reflejarnos cómo tratamos de recuperar un amor perdido con medidas desesperadas (“On your birthday last year I/ Secretly put on a corset and/ Hid it under a bathrobe/To surprise you/ But you ended up talking on the pone/ With friends for an hour, so”)

En “Independence Day”, con un sonido pop vibrante acompañado de ese riff de guitarra folk y esa línea de bajo, refleja sus sentimientos en la noche que finalizó su relación (“Cause there is nothing to it if I can’t edit the past, and/ Even if I could, it would kill me to look back/ No, I don’t wanna see the other path”), mientras que en el single “The Clutch” ahonda en sus entrañas, reflejando el remordimiento y la rabia incluso a través del dolor físico (“It´s a punch in the gut”) para rematar con un final de reproche repitiendo una y otra vez (“You didn’t need my help”).

Y es que si algo caracteriza Eye on the bat es la experiencia física del dolor de  Kempner, que refleja a través de metáforas sinceras sin miedo a ocultar la verdad, y que nos hacen sentir el dolor profundo a través de su cuerpo en frases como “Sparkle in my throat” («Independance Day»), la antes mencionada “It´s a punch in the gut” («The Clutch»), “I wash my back so you can eat it off” («U want it, U got it»), “Punch my arm too hard” («Route 22») o “Cold feeling rising in my throat” («Right about you»).

En la segunda parte del disco, continúa su catarsis emocional acompañada de guitarras acústicas que recuerdan a los mejores sonidos de Kurt Vile o Courtney Barnett en temas como “Eye on the Bat” o “Route 22”.

En “My Evil” este sentimiento de arrepentimiento se agudiza con toques de guitarra punzantes e hirientes acompañados de la dulce voz de El Kempner, rematando esta preciosa balada con una melodía de guitarra acústica melancólica (“I didn’t notice I had blood on my hands ‘til it dried and/ Flaked off, staining all our clothes/ I’ll clean it up, I swear I’ll drag it to the laundromat and/ Watch it turn the washer black”).

En “U want it, U got it” cambia por completo de registro, introduciendo sintetizadores pegadizos y sonidos bailables a lo LCD Soundsystem, como también en la rítmica “Head Like Soup” donde fusiona guitarrazos de rock clásico con sonidos electrónicos más experimentales, dándole ese toque pop gracias a los coros repetitivos al más puro estilo Primal Scream.

Finaliza su trabajo con dos baladas que asumen el final del amor. En “Right about you” donde refleja los últimos momentos vividos en una playa del Norte de California, a través de la metáfora de una puesta de sol (“We came down here to see the sunset/ But we’re in a bad spot and I can’t see it”). Y “Fadin”, tema que cierra el disco donde asume con impotencia que ya no hay vuelta atrás (“Fadin’, fadin’, fadin’, fadin’/ There’s nothin’ I can do to keep from fadin’ to you”).

El Kempner nos ofrece un disco honesto donde abre su corazón hasta desangrarse mostrando las secuelas físicas, más allá de las emocionales de su ruptura. Para esta sangría se ha valido del temperamento de su voz y de la potente instrumentación, gracias al acompañamiento de su banda que ha sabido transmitir esa ansiedad con líneas de bajo y enérgicos riffs de guitarra, convirtiendo las palabras de Kempner en gritos literales de desgarro y dolor. Un trabajo donde alcanza su madurez artística y emocional a través del efecto purificador y liberador, tanto corporal como mental.

Escucha Palehound – Eye On The Bat

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