Perro (Sala Joy Eslava) Madrid 25/11/16
Tocaba ver a los murcianos Perro en sala, poco antes de que cierren la gira que les ha llevado por media España durante este 2016 que se acaba, tal y como anunciaba la propia banda al poco de subirse al escenario de este concierto propiciado por Escenario Eslava. Buena entrada para lo que es un grupo español y más si tenemos en cuenta que era un concierto en solitario de ellos, sin compañeros de escenario.
Tanto mejor para los fans incondicionales que se congregaban en la “dancefloor” del antiguo teatro madrileño, que se sabían todas las canciones al dedillo y las bailaban como si un colapso energético fuera a acabar con la humanidad al día siguiente. No me cansaré de pensar y de decir que pocos lugares de España tienen una cantera en constante crecimiento de artistas y músicos como la murciana. ¿Qué demonios toman de pequeños allí para que salgan estas bandas?
Asistir a un concierto de Perro en sala cerrada es una gozada, así de claro, ya los había visto en un par de festivales y habían cumplido con creces mis expectativas, pero verlos en un concierto para ellos solos, rodeados de fans (increíblemente jóvenes, sobre todo en primeras filas) es otra experiencia. Hacía tiempo que no veía tal comunión entre banda y público y eso siempre le alegra a uno.
Basaron la mayoría de su set, salvo alguna excepción, en una selección de temas de sus dos últimos trabajos: Tiene Bacalao tiene melodía (2013) y Estudias Navajas (2015) ambos en el sello Miel de Moscas. Tal y como nos tienen acostumbrados, se van cambiando de posición e instrumentos en el escenario, sin que las inevitables paradas resten un ápice de tensión al concierto. Comenzaron con una nutrida selección de hits entre los que se encontraban: “Jordi Huertano”, “Nueva Mufasa”, “Camiseta”, o “Cuñao, Cuñao, Cuñao”. “Como de bien nacidos es ser agradecidos” tal y como dijo Guillermo, llegaba el momento de los agradecimientos a su sello (Miel de Moscas) y a la gente del mismo por haber confiado en ellos desde el principio. Tras esa brevísima pausa, otros momentazos “pogos” estarían por llegar con: “Catán”, “Larry no come”, “Popera” de su primer larga duración; Singles Brasileñas (2013) o “Papi Papito Ñam Ñam”.
Si hay algo que caracteriza a Perro, además de ser unos excelentes ejecutantes de sus temas en directo, es la sinceridad que esgrimen: “Bueno, vamos a ir terminando. Nosotros entramos, vosotros pedís otra y volvemos a salir y tocamos otros tres o cuatro temas”. Así entre risas generalizadas, algunos “pepinos” en formato de las canciones: “Martillo”, con la que están más cercanos a Slayer que a cualquiera de las bandas con las que suelen compartir cartel en festivales, “Bicicleta”y “Olrait” volvieron a ser disparados mientras se desataba un pogo, a esas alturas difícil de parar, entre el sector mayoritariamente juvenil de la pista.
Perro, sus letras cripticas a menudo difíciles de comprender y sus ritmos sincopados son necesarios en una escena musical nacional (me vais a permitir) un poco aburrida.