Peter Hook – The Haçienda. Cómo No Dirigir Un Club (Contra)
La editorial catalana Contra continúa probando su buen gusto a la hora de seleccionar libros de temática musical, y tras lanzar el año pasado dos volúmenes imprescindibles como Mañanas Negras Como El Carbón de Brett Anderson (de Suede) y Freak Scene (Contra, 18) del periodista Richard King, ahora recuperan aquellos recuerdos plasmados por Peter Hook en papel hace una década. Afirmar que el ex bajista de Joy Division y New Order es un tipo amado y odiado a partes iguales sería una sandez, ya que el británico resulta un personaje con tendencia a ser vilipendiado debido a su soberbia, corrosiva verborrea y consabido interés en asuntos monetarios. Y precisamente por dicha personalidad arrogante, ambiciosa y puede que cuestionable, esta referencia se torna imprescindible para cualquier aficionado a la cultura de clubes, el sonido madchester (o Manchester en general), las raves y el acid house o, sencillamente, esa vida nocturna con frecuencia sórdida y apuntalada sobre excesos de todo tipo que en ocasiones termina envuelta en glamour urbano.
El autor toma el nacimiento, desarrollo y posterior defunción de un club a todas luces mítico (o al menos mitificado con el paso del tiempo) como fue The Haçienda, para hacer un repaso sin censura alrededor de todo aquel entorno que motivó, influyó, interactuó o confluyó en uno de los locales musicales más ambiciosos que haya existido en la ciudad inglesa. Si bien el argumento principal de estas 430 páginas recae sobre la gestión (nefasta y descontrolada) del garito en cuestión, lo cierto es que el goteo de nombres míticos resulta constante. Un recurso creíble (los mencionados desempeñan papeles imprescindibles para entender esta historia y su significado), y también plenamente satisfactorio a la hora de sazonar el motivo. Son sombras tan alargadas como las proyectadas por los propios New Order (con especial mención para Bernard Sumner), Tony Wilson (y el sello Factory), Happy Mondays, Ian Curtis (con efecto retroactivo) o el DJ Greg Wilson. Hook tiene alabanzas para todos, pero (por supuesto) tampoco escatima bofetadas a mano abierta cuando la ocasión y el personaje lo requieren. Hay además puntuales (y jugosas) historias en torno a compañeros más o menos generacionales como Morrissey, The Jesus & Mary Chain, Nico, Sham 69 o The Stone Roses.
Por otra parte y como complemento, el autor aporta multitud de datos concretos y valiosos que pueden llegar a ser enciclopédicos, como la enumeración de influencias determinantes a la hora de definir el estilo del local o la espectacular programación (de DJ’s y grupos en directo) del mismo año por año. Hasta se presentan extractos de las cuentas contables, con las que apreciar el desastre mayúsculo -tan incomprensible como inevitablemente divertido- en el que llegó a convertirse la gestión de The Haçienda. Una publicación de diseño atractivo (basado en la propia decoración del club en cuestión) que engancha desde el principio, y tan generoso en anécdotas, secundarios de lujo y detalles que cada uno de sus capítulos y apartados alberga auténtica miga. Una lectura con ritmo, desarrollada sin edulcorantes y representativa de lo que las noches de Manchester pudieron llegar a significar durante la década y media que aconteció desde 1982 a 1997. Un logro que viene inequívocamente propiciado porque Peter Hook es… Bueno, porque él es cómo es.
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Un libro muy divertido
El señor Hook lleva exprimiendo el tema desde que se fue de New Order
Peter Hook, el cáncer de New Order.