Ramona Falls – Prophet (Barsuk)
En 2010 Brent Knopf anunció que abandonaba Menomena de forma amistosa para centrarse en su proyecto paralelo Ramona Falls, con el que había debutado el año anterior. Casi por sorpresa publicó Intuit, un disco coral aunque intimista en el que Knopf miraba hacia adentro, con canciones construidas de forma artesanal y obsesivamente puntillosa. Fuera ya de Menomena, Ramona Falls había dejado de ser un proyecto paralelo y Knopf decidió formar una banda al uso para grabar la continuación de Intuit.
Y esa continuación es Prophet, un disco mucho más enérgico que su predecesor, aunque igualmente detallista. Un trabajo donde los temas siguen siendo como collages en los que Knopf coloca meticulosamente infinitas filigranas sobre melodías cristalinas. Pero al mismo tiempo, al haber grabado con banda, las canciones son más compactas y sólidas, más contundentes y rotundas que en Intuit, tanto en sonido como en resultado.
Con Prophet, Knopf se acerca en algunos momentos al sonido rocoso y potente de Menomena. Es fácil imaginarse temas como “Brevony” o “Fingerhold”, cortantes e impetuosos, en un disco de la banda, con esas melodías abruptas y esos solos de guitarra más cercanos al heavy metal que al indie pop. También hay puntos en común en las letras de los temas, surrealistas y poéticas. ¡Si hasta el título de “Sqworm” les pega! Y es que, no en vano, algunos de los temas de Prophet fueron inicialmente creados para Menomena.
Pero Brent sigue empeñado en conseguir la canción de pop perfecta – preciosa, luminosa y pegadiza – y temas como “Bodies of Water” o “Archimedes Plutonium” tienen una estructura más convencional, aunque con profundidad y lucidez. En otros, mientras tanto, parece que intente ordenar el caos para encontrar esa estructura pop impecable. “The Space Between Lightning and Thunder” o “Spore” son ejemplos perfectos.
Así pues, Prophet es un disco magnífico: lo suficientemente accesible para resultar atractivo y lo suficientemente intenso para no resultar insustancial. Un disco emocional, cuidado y fascinante con matices como para no aburrir y afabilidad como para no abrumar. Donde el esmero y la creatividad se notan desde el momento en que uno abre la caja y se encuentra con el profeta que le da la bienvenida. Todo son buenos augurios.