Rancid – Tomorrow Never Comes (Rancid / Epitaph Records)
Con este último lanzamiento, Rancid da carpetazo a seis años de sequía discográfica. A tenor de lo escuchado en este Tomorrow Never Dies, la banda californiana tampoco es que haya parecido aprovechar todo este tiempo para innovar en su propuesta o buscar distintos ángulos. Podríamos pensar que, para celebrar su decena de elepés, los de Tim Armstrong hayan decidido ir a lo seguro, a esos elementos que identifican su trayectoria desde que pulverizasen, hace ya años, cualquier residuo del ska punk que hacía, quieras que no, de esta banda algo distinto.
Los Rancid de la cresta y el arquetipo punk han podido desaparecer de la portada, que presenta a unos componentes más adentrados en una edad que no parece tener eco en el disco, pero que mantienen su contundencia. A lo largo de esta propuesta de menos de media hora (es este su “larga duración” más corto), se recorre con ruido y furia esas señas, a pesar de que el primer minuto del tema homónimo que abre la ráfaga pueda tener algún tibio destello de street punk.
Y es que es esa velocidad vertiginosa del hardcore punk la que sirve de conductora, por enésima vez, de un disco que recopila dieciséis temas que no engañan, pero que tampoco entusiasman. El insigne Mr. Brett, capo de Epitaph y, de nuevo, al frente de la producción de la banda, se ha podido ver tentado de proponer algo nuevo, pero si lo de siempre funciona para su público, ¿para qué cambiar?
Podría darse el caso de que el fan de los californianos no añore en absoluto en este Tomorrow Never Dies ese sonido tan característico y tan presente del bajo contundente de Matt Freeman. Tampoco echará en falta el barniz de los coros, e incluso sonría al descubrir la certeza de que, más de un lustro después, las labores vocales siguen repartiéndose, lo cual supone mantener el tipo. Y es que señalar esa diferencia frente a sus congéneres de aquel renacer punk de los 90 (sic) se convierte en celebración porque, por lo menos, Rancid han podido caer en el anacronismo, pero no en el esperpento.