smallgang – San (Damnably Records)
Cada vez que llega a mis manos un disco de este sello británico me asaltan los mismos suspiros. ¿Cuántas cosas nos estamos perdiendo, y ni siquiera sin necesidad de salir de España, por centrar nuestras miradas en lo que marcan los grandes líderes de opinión indies? Grandes-líderes-de-opinión-indies. He pronunciado esa frase. Lo mismo que ahora me ocurre con el disco de smallgang me sucedió cuando escuché el muy buen disco de Joel R.L. Phelps & The Downer Trio. La insoportable inabarcabilidad del ser humano.
Gentes del propio sello inglés me reconocían hace poco que, de hecho, era prácticamente imposible sacar a smallgang de Inglaterra porque son «superdesconocidos» fuera de Londres. Y es una lástima, porque el trío formado por los hermanos Kobayashi y Matt Atkins tiene hechuras de muy buen grupo. Su segundo disco, San, es una muy buena versión de post-rock actual entre lo grisáceo y lo melódico. Reformulados obligatoriamente por la salida de su bajista original, los Kobayashi, que llevan todo el peso compositivo del disco, han conseguido una colección felizmente compensada entre el vigor y la delicadeza.
Más de la mitad de las canciones de San se sitúan por debajo de la barrera de los tres minutos, lo que entronca directamente con la explícita voluntad de smallgang de construir sacudidas emocionales más que canciones como tal. Más («Orbs», «A mirror», «Into night», «San») o menos («Imminent child», «Dust», «Cards», «Replacements») feroces, la mayoría de los temas de San tienen una inclinación evidente a acumular toda la tensión al final del trayecto. Eso, y la importancia capital del bajo de Simon Kobayashi, que con la anterior configuración tocaba la guitarra (y se nota), son las principales virtudes del segundo disco de smallgang. De todas las mencionadas, «A mirror», «Dust» (con coros femeninos) y «Cards» son posiblemente los mejores y más apasionados momentos de un disco en el que colaboran Ritsuko Taneda de Shonen Knife y Jen Macro, de My Bloody Valentine.
Un disco que pasará desapercibido injustamente.