Sr. Chinarro – Nasti (Madrid)
Sr Chinarro, o mejor dicho Antonio Luque & friends siempre nos han encandilado con sus trabajos en estudio. Esa música oscura y esas letras surrealistas nos tienen prendados desde su debut. El pasado 25 de mayo tuvimos la ocasión de comprobar como funciona La primera ópera envasada al vacío (01) en directo y nos llevamos una sensación más agria que dulce.
La sala Nasti (antes Maravillas) tampoco ayudó, ya que no es el mejor lugar indicado para un concierto de Chinarro, o mejor dicho, para ningún concierto. El emplazamiento del escenario es ilógico e incómodo, por no hablar, entre otras cosas, de la pésima acústica.
Habría en la sala unas 200 personas, cuando Antonio Luque subió al escenario con un “poquito” de demora, (su actuación estaba programada para las doce pero empezó a la una y media). Por fin empezaba el concierto…, no, no empieza: “Este piano no suena”, “si queréis llamo a la del violín, pero lo que pasa es que no hay AVE a estas horas”… Cinco minutos después parece que lo han solucionado y empieza. “Salem´s Lot” el primer corte de su último trabajo. La voz no se escucha y el sonido es pésimo. Descanso. “Voy a afinar la guitarra, ¡traedme un cubata!”
Cinco minutos después continúa el concierto. El público (más por cariño que por otra cosa) se ríe. “¡Eres el puto amo!” le dicen, a lo que Luque contesta: “Si, del calabozo”. Continúa con “Con algas como peluca”. Otro parón de cinco minutos, “Voy a afinar otra vez” “¡traedme un cubata o no sigo!”. El concierto se retoma con “Merche*” y “Robando gusanitos”, el sonido sigue siendo malo -aunque por fin le traen el cubata-.
Tras una hora -el tiempo real del concierto vaya usted a saber lo que duró- y diez canciones, se ponía fin a la noche “Gracias, ya está, ya no nos sabemos más…” y el espectáculo llegó a su fin. En él repasaron La primera ópera envasada al vacío casi al completo, retomaron dos canciones de su primer disco, como la poco habitual “Escapa al Amanecer” y tocaron un tema nuevo.
Viernes extraño. Fuimos a un concierto, pero salimos con la sensación de que habíamos asistido a un ensayo entre amigos en un local con una pésima acústica y un calor afixiante. Por lo menos nos reímos, Luque es un cachondo.