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Sum 41 (Wizink Center) Madrid 19/11/2024

El pasado martes 19 de noviembre el WiZink Center se transformó en una auténtica cápsula del tiempo para adentrarnos en el universo de Sum 41, una de las bandas más icónicas del punk pop y del emo punk de la historia. La banda canadiense ofreció así dos de sus paradas finales en España, de la mano de Live Nation.

Que Deryck Whibley y sus chicos siempre quisieron ser una banda de rock de estadio, siempre lo supimos, solo así se justifica comenzar sus conciertos con la grabación de «T.N.T.» de AC/DC marcando el arranque, o que, ya en “Motivation”, «The Hell Song» y “Over My Head (Better Off Dead)” echasen mano de la artillería pesada de “gimmicks”, con: pirotecnia y confetis al borde de la legalidad. Demostrando así que la banda de estadio trascendió – prácticamente desde su primer trabajo – el nicho musical del teen punk del que procedían.

Hay algo también evidente, por mucho que pueda pesar a sus detractores, y es el hecho de que la carrera de Sum 41 se ha cimentado sobre himnos generacionales y eso quedó patente en muchos momentos del setlist. Porque, aunque el concierto se sustentó ampliamente en su último trabajo; Heaven :x: Hell (Rise Records 2024), los canadienses repasaron de manera sobrada su discografía.

Así, desataron los momentos más eufóricos con clásicos de su álbum debut; All Killer No Filler (Island Records 2001) como: «Fat Lip», «In Too Deep», o con algunos otros de su continuación de 2002: Does This Look Infected?, como: “My Direction / No Brains / All Messed Up”, o “Still Waiting”, esta ya casi al final del show.

A fin de cuentas, todas ellas canciones que, en su momento definieron una generación de adolescentes en plena efervescencia del punk comercial, ahora hicieron su labor como un ejercicio de nostalgia, con muchos de esos adolescentes convertidos a cuarentones. Si bien es cierto el repunte de fans jovencísimos de este tipo de bandas, que poblaban las primeras filas del recinto y que, probablemente ni hubieran nacido en los albores de Sum 41.

Otros de los puntos álgidos de la noche vinieron envueltos en papel de homenaje a las referencias musicales de la banda, sobre todo en los últimos tiempos. Fragmentos de «Raining Blood» de Slayer y «Master of Puppets» de Metallica, nos recordaron que, aunque el punk pop fue su carta de presentación, el ADN de la banda siempre fue de metal, como lo evidencia también el título de su mencionado último disco, rindiendo pleitesía a Black Sabbath, grupo también sobre la camiseta roída de Deryck Whibley.

Claro que hubo momentos un poco más pausados, justo antes de tocar «Some Say», Deryck, que no había parado en toda la noche de dar las gracias por todos estos años, se dirigió al respetable para lanzar un mensaje acerca de la importancia de cuidarse los unos a los otros, en tiempos rápidos y poca reflexión como los que vivimos.

En esa misma onda, canciones como «Pieces» y «With Me», provenientes de Chuck (UMG Records 2004) y Underclass Hero (Island/Def Jam2007) respectivamente, propiciaron momentos altamente cargados de azúcar y melosidad, al borde del empacho emocional.

«So Long Goodbye» y la enlatada «My Way» de Frank Sinatra marcaron el cierre de show y el fin de una era de una banda que, puede que se vaya en uno de sus mejores momentos, tanto comerciales, como creativos; y que han preferido largarse ardiendo, que acabar languideciendo por el paso de los años.

Otra cosa que nos queda clara es que, gran parte de su cancionero nos seguirá erizando los pelos mucho después de que las luces de los escenarios se apaguen.

Fotos Sum 41: Fernando del Río

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