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The Claypool Lennon Delirium – The Monolith of Phobos (ATO Records)

El monolito de Fobos es una formación de gran tamaño en la luna de Marte del mismo nombre que en su momento sacó el lado más conspiranoico de Buzz Aldrin. Un pilar marciano que ahora, lejos de especulaciones y tirando por el puro deseo de viajar musicalmente por el espacio, ha dado nombre al debut del tándem Lennon-Claypool. The Monolith of Phobos está indudablemente marcado por el inconfundible y fuerte sonido del bajo del de Primus, con sus sonidos irremediablemente funkies y hasta progresivos. Pero Lennon funde con ellos sus melodías y su psicodelia, para mezclarlo todo y vomitar un viaje space rock delirante. Los dos por igual a los mandos de la nave espacial.

Estos dos científicos locos cruzaron sus caminos durante la gira veraniega de Primus y Ghost of a Saber Tooth Tiger, grupo de Lennon. El resultado es una travesía de rock experimental, space, psicodelia y funk a través de letras sobre drogas, cuentos alucinógenos, voyeurs, adicciones o la historia de Bubbles, el mono de Michael Jackson.

El primer trabajo (y ojalá no final) de la recién nacida The Claypool Lennon Delirium es experimental, atrayente y te da la sensación de estar pasando a ser de color verde a medida que aumentan las escuchas. La combinación de sus voces no puede ser menos que atractiva, aunque en ciertos momentos la forma de modular de Lennon recuerde fantasmagóricamente a la de su padre, como en la cruda “Cricket and the genie”, dividida en dos fantásticas piezas con tintes prog.

La canción que da nombre al álbum también lo abre con unos sonidos electrónicos y oscuros ecos espaciales, como una antena que capta una retransmisión de otro planeta. “Mr. Wright”, después del delirio de la doble “Cricket and the genie”, sigue presentando un espeluznante personaje a través de uno de los instrumentales más experimentales. “Boomerang baby”, más espesa y tranquila, apacigua los ánimos poco después, con tendencia más Lennon, al contrario que “Breath of a salesman”, con una huella más Claypool. “Oxycontin girl” es adictiva, como la propia naturaleza de la letra, con un solo delirante que recuerda al riff de “Iron man” de Black Sabbath. Claypool y Lennon han ido dejando un poco de su marca personal en cada tema y encajan perfectamente una con otra.

Cierra la instrumental “There’s no underwear in space”, como una caída al vacío cósmico, casi como una sinopsis del disco en sí. The Monolith of Phobos es una perla que parece haber pasado más desapercibida de lo que debería. Les encantará sobre todo a los que no les basta con ser humanos.

 

 

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