The Wedding Present – Moby Dick (Madrid)
Lo admito: iba a este concierto con la mochila cargada de prejuicios y de escepticismo sustentado, quizás, sobre una base no muy coherente. Y no por la banda que nos ocupa, por los que siempre he profesado admiración respeto. De hecho, sus dos primeros álbumes; George Best y Bizarro siempre han ocupado un lugar privilegiado en mi discoteca, y si por mí fuera los guardaría en una capsula del tiempo. Así las futuras generaciones, y quién sabe si también visitantes del espacio exterior, sabrían como se las gastaba un grupo de Leeds capitaneado por David Gedge.
Los prejuicios que me acompañaban venían alimentados por esa terrible moda que asola el panorama musical de hacer giras temáticas de un solo disco. Solo comparable a aquella lacra que hubo de grabar discos en directo. No hay quien me quite de la cabeza que responde a la falta de ideas generalizadas y el miedo de ciertos artistas al fracaso de nuevas composiciones.
El caso es que allí estaba, preguntándome si merecía la pena estar esperando y sin poder ni siquiera fumarme un pitillo (la propia banda había prohibido que se fumara en la sala, antes y durante el concierto) para ver a The Wedding Present conmemorando los veinte años de su disco Bizarro.
A eso de las diez de la noche salía al escenario el cuarteto, acompañado de una joven asistente de escenario que hizo las veces de bajista. Primera y muy grata sorpresa de la noche, cuando comenzaron a sonar los primeros acordes de “Heather”, de su tercer álbum Sea Monster.
La cosa pintaba bien, no solo tocarían Bizarro, además habría una serie de canciones y alguna que nunca habían tocado en España, tal y como adelanto David Gedge en la excelente entrevista concedida a esta casa. El corte “Once More” fue uno de los rescatados del baúl de las primeras grabaciones de los británicos, preludio perfecto para uno de los momentos mágicos de la noche; “Interstate 5”, interpretado a doble batería y demostrando ya de paso la versatilidad de los nuevos miembros de la banda.
“Go Man Go”, y “Skin Diving” todavía con dos baterías ayudaban a ir subiendo temperatura y ganar enteros ante una sala prácticamente llena, a pesar de la cantidad de conciertos que había la misma noche en Madrid. Demostrando así que The Wedding Present tienen una buena y fiel afición.
Con: “Can You Keep a Secret” y “You Jane”, esta vez con el mismo Dave Gedge a la segunda batería al final del tema, creando un clímax altamente inflamable, terminaban los temas no pertenecientes al disco homenajeado. A partir de aquí vino la interpretación del disco en cuestión, puede que sin muchas sorpresas, pero con una honestidad que ya quisieran para sí muchos pobladores del universo “Rock”.
Así, nos hicieron saltar al ritmo de temas como: “Crushed”, “Kennedy”, o “Granadaland”, con esos cortos y efectivos golpes de guitarra, marca de la casa. Y es que, a David sin ser un virtuoso de las seis cuerdas, da gusto verle deslizar la púa sobre las cuerdas, tan rápido que hay veces que no se ve. La estupenda “Take Me” con la que algunos pies ya parecían flotar sobre la tarima de la sala, y “Be Honest” hacían de despedida. Buen titulo, por cierto, para finalizar el concierto de un grupo que si sabe de algo es de honestidad. Ni un solo “bis”, como está mandado en los conciertos del cuarteto, a pesar de que algún despistado, o quién sabe si optimista, se empeñaba en pedirlos.
Si los grandes perfumes se guardan en frascos pequeños, los grandes momentos del rock (como ya he dicho en alguna ocasión) no se desarrollan en grandes recintos. Y puedo decir sin miedo a equivocarme, que mi mochila quedo desprovista de escepticismo, y que los que estuvimos esa noche en la sala Moby Dick fuimos testigos de algo grande.
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