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El Trap. Filosofía Millennial Para La Crisis En España de Ernesto Castro

Hace unos días saltaban las alarmas: Yung Beef pedía la retirada del libro de Ernesto Castro vía burofax. ¿El motivo? Pues porque al famoso trapero, tan poco dado a converger con el sistema establecido, no le gusta la portada del libro El Trap. Filosofía Millenial Para La Crisis En España (Errata Naturae, 2019) al considerarla “fea , y “mierda para blancos”. La editorial se defiende arguyendo que el propio artista ya conocía la estética de la portada, y que éste ya había dado el visto bueno a pesar de su desconformidad.

La portada del libro que aquí reseñamos, obra de David Sánchez, no creo que quiera caricaturizar a este fenómeno socio-cultural y político como es el trap, sino que pone de manifiesto algunas de las contradicciones que operan en las mismas entrañas del género musical: aparece Yung Beef con pose chulesca, cadena de oro, mirada amenazante de machirulo de extrarradio, calzoncillos Calvin Klein, y sus profusos tatuajes a lo largo y ancho de todo su cuerpo. El título del libro, por otro lado debo admitir que es bastante simple, pero entiendo que es una maniobra editorial para ganar terreno en la pole position de los buscadores SEO que es el principal objetivo de dar visibilidad a todo producto cultural (o no) en este sistema de oferta y demanda.

Obviamente, Beef, en la portada, se hace un (auto)selfie que es el poso que deja en nosotros una civilización sujeta a la conectividad, a la sobreexposición continua mediante imágenes y mensajes cortos que buscan sustento y cobijo en lo emocional, desechando lo racional las más de las veces. En la actualidad el nomos está instaurado en nuestro “yo” más (inter)conectado que, paradójicamente, nos aleja cada vez más de la realidad. Una cosmología que va perfilando una orografía en la cual –haciendo uso del símil Platónico- lo “ficticio” (las sombras) ganan la batalla a la “realidad” creando así una supra-realidad que instaura unos nuevos patrones que vinculan al hombre con su entorno. El hombre sélfico es el protagonista en esta paideia global que articula un nuevo discurso y (re)valoriza el término intimidad, ya que ésta se va transgrediendo; ahora ésta aparece (auto)saboteada sin pudor (miles de fotos campan a sus anchas por la red retratando el día a día de vidas anónimas), y las tendencias se aceleran, se despersonalizan, se reformulan a una velocidad que sin internet sería inimaginable. Sin ir más lejos, ¿qué es el trap? Un concepto indefinido que acaba absorbido por diferentes estilos.

Castro, Doctor en Filosofia, ha escrito un libro excelente de este fenómeno musical que está dando sustanciosos réditos a lo que queda de industria musical, ya que trap, como esencia pura, y como he comentado arriba, cada vez está más diluida sus fronteras en ese cajón de sastre que es la “música urbana”, en la que C Tangana, y sobretodo, Rosalía, están esculpiendo su itinerario a golpe de talonario, marketing, y talento compositivo.

Una de las tesis principales de este libro que lo que el autor denomina “metamúsica”, que no es otra cosa que un termino que permita trascender el mero gesto musical y elevarlo como síntoma evidente de la precarización laboral y su involución en las clase social trabajadora más joven. El trap, de esta manera, se convierte en la banda sonora de esta sociedad capitalista postindustrial en la que grandes capas de la sociedad se divierte en los parques bebiendo y fumando, prefiere cuidar sus uñas en vez de ir votar (el cuidado de la manicura como símbolo político de lucha de clases), o reclama cierto “estatus” mediante la adjudicación del lujo que les es despojado.

Ernesto Castro hace una gran labor arqueológica (se ha visto infinidad de entrevistas con artistas del género como Cecilio G., La Zowi, etc., ha seguido las stories de la gente involucrada, ha analizado el “argumentario” de muchos followers en Youtube…), y lo analiza concienzudamente para contextualizar el fenómeno e ir desbrozando las diversas narrativas que se desprenden.

Un libro que el mismo autor en las redes sociales acepta la interacción con el lector para ir puliéndolo, y cuyo mayor defecto que tiene es que analiza en demasía muchos aspectos que un servidor encuentra innecesarios por redundantes (detenerse tanto en la letras de las canciones, comentar los memes que se han hecho en las redes sobre sus personajes principales…), o la apabullante referencia a nombres de la escena que aparecen y desaparecen a lo largo del libro. Castro analiza y sistematiza muy bien la información a lo largo de los nueve capítulos del libro, y aunque muchos lo tilden de oportunista (están los que piensan que teorizar sobre algo que nace en un contexto suburbial desde la perspectiva del “gafapasta” de turno de clase media y blanco es poco realness, ¡vaya por dios!) intenta redimirnos de los prejuicios (¿el trap es machista? Sí, pero igual que puede ser el rock o el pop escribe el autor, y no le falta razón) es un trabajo sociológico que resulta muy esclarecedor por momentos, y que rompe con muchos estereotipos que se han perpetuado gracias a mentes bien pensantes, de ideología de izquierda la mayoría, que enarbola ideales neoliberales y falsos feminismos, o “capitalismo a la violeta”.

Para acabar solo quería comentar algo que me sugiere esa mirada de soslayo de Yung Beef desde la cubierta del libro que quiere censurar: alrededor de 24.000 millones de selfies se han ido almacenando en Google Photo, y esto es síntoma de la necesidad que tenemos de crearnos una personalidad que gravite entorno a una hiperrealidad en el que todo es apariencia o simulacro; es una construcción de cómo queremos que el mundo nos vea. Esta era hipermoderna -como la llama Lipovetsky– propicia una coyuntura idónea para que se extiendan infinitas redes y/ o canales de interrelación entre el hombre y su entorno, y que paradójicamente se reformule la idea de “naturaleza”. Lo natural es desnaturalizar lo que no cabe en el encuadre; es demostrar que el “yo” de un nuevo Narciso ha domesticado a la naturaleza y la despoja de su significado más primigenio. Somos como demiurgos que vamos construyendo nuestra realidad, una realidad que solo es, si tras el click aparece en el encuadre. Click. La muerte de ese Narciso efímero. Click. La muerte del trap. Click.

Compro el libro en la web de su editorial.

Un comentario en «El Trap. Filosofía Millennial Para La Crisis En España de Ernesto Castro»

  • Sin sonar pretencioso, ni dogmático de la cultura pura, creo que el trap es un reflejo de nuestra sociedad nini. música de ninis para ninis

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