Entrevistas

Vadim Tudor

Me interesa que la música evoque por sí misma. Una película dura dos horas y una canción tres minutos

Hablamos con Vadim Tudor, cuyo primer y flamante disco ha salido editado en Autoreverse en glorioso vinilo y formato de MiniLp. Toda una declaración de principios.
 
Vadim Tudor toma el nombre de un líder ultranacionalista rumano: «Tomé este nombre porque el nombre y la imagen del personaje me impactaron, salía con un abrigo de pieles y unas gafas de sol, a lo Rocío Jurado… lo encontré en una revista que se llamaba Drácula, que me trajeron de Transilvania. Sería 1999 o 2000. No tenía aún nombre para el proyecto y lo vi claro.»
 
Mucho se ha hecho esperar este primer disco (preciosa edición, por cierto), que mucha gente que seguimos sus correrías desde hace años llevábamos tiempo demandándole.

¿Por qué ahora, en vinilo, y por qué en Autoreverse?:

Tampoco era un proyecto serio, de artista; me gustaba hacer música, no hacía directos, simplemente grababa cosas y hacía CDS para los amigos…Con el tiempo vas teniendo repertorio y todo cobra más sentido, la idea de sacar un disco; ahora hay otro ambiente, la gente que consume música se interesa por el formato, un poco como lo que pasó con el Indie en 1992, a mayor escala. Y que me apetecía, y el formato MiniLP me gusta mucho, se puede primar la calidad de temas y de sonido. Mejor poco y bueno, que no haya relleno. Autoreverse eran afines a mi propuesta, desde el principio se mostraron interesados y me parecía el sitio adecuado.
 
Su propuesta se ha pulido muchísimo desde Ambilívebol, rara avis donde empezó hace unos cuantos años: «Aquello era muy artesanal, yo hacía loops con cintas en mi casa, con fragmentos de vinilos, de la tele, etc, y luego se trataba con ordenador…las maquetas eran mucho más experimentales que lo que se editó en CD. Pasé de aquél Todo Vale a sacar cosas cuando tenía algo que decir, a cuidar mucho más la producción».

En aquel CD se oían samplers de Dead Can Dance o Lauren Postigo, dando una imagen aproximada del inabarcable y bizarro espectro de influencias de Vadim Tudor, que es una de sus señas de identidad más claras y que permanece inalterable: «Uff, te diría tantas…New Order, o más aún Grado 33, Dead Can Dance, hay muchos sonidos que me han influido y que de una forma u otra se ven en el resultado final.» Para no estar nada interesado en el cine, le ha quedado un trabajo muy cinemático, muy evocador, muy visual. «Me interesa que la música evoque por sí misma. Una película dura dos horas y una canción tres minutos.»

Como asiduo del Radar y seguidor de Vadim desde el principio, me incluyo en ese grupo de gente que llevaba tiempo esperando el disco, que ha tardado más en llegar que el último de Guns & Roses o el próximo de Sisters of Mercy. Le preguntamos por la acogida que está teniendo: «Bien, incluso gente que a priori no se mueve en los mismos parámetros musicales que yo se ha interesado desde que se anunció, y gente de fuera de Madrid que al parecer me seguían de alguna manera…va bien, sí».

¿Te falta categoría?

Yo voy sobrado de eso, el problema es que no hay nivel a mi alrededor» (risas).
 
¿Es cierto que le compras la ropa al enterrador de tu pueblo?
 
Jajajaja, eso es una leyenda urbana, antes iba a una tienda de curas, pero ya no. Suelo vestir con lo último que se lleva en Pekín.»

Resulta complicado disociar a Vadim Tudor del Radar, casi mítico bar de Madrid donde coincidieron varias luminarias de la música electrónica y apasionados del ochentismo menos obvio.

¿Dirías que puede hablarse de cierta escena, una comunidad, o erais cada uno de un lado y simplemente coincidisteis allí?
 
Sí, pero la escena era de bar; la escena era la propia clientela, era el espíritu que allí había…tan importante era la gente que hacía o hacíamos música como la gente receptiva a esa música. Gente como Aldo Linares, Cielo, Grado 33 o yo mismo teníamos ciertos referentes, que no encontrabas en otros grupos, aunque no tuviera mucho que ver lo que hacíamos cada uno. No éramos parte de ninguna escena. Yo era muy optimista con la moda de los sonidos ochentenos, pero quedó en nada. Hoy sí hay algo más interesante, con sellos reeditando material muy bueno tales como Vinyl on Demand, Anna Logue, etc.»

Se nota claramente el andamiaje tecno-pop oscuro en el disco, las melodías son deudoras del siniestrismo y la onda fría, que contrasta con las mordaces e irónicas letras, que se oyen nítidas y pueden descolocar al neófito: «Sí, quizá sean demasiado personales, solo las capta plenamente la gente que me ha tratado personalmente, son muy personales, pero no creo que vaya a cambiarlo ahora, tampoco se escoge…».
 
Se le nota más cómodo en esa faceta que en las maquetas, y son un factor que le diferencia del resto. «Sí, trabajo mucho las letras precisamente porque no me considero un buen letrista, ¡Tengo más instrumentales que Richard Clayderman!  y procuro incluir mis referentes, y que se entienda lo que digo.» El resultado final es un MiniLP absolutamente recomendable donde se mezclan sin aparente esfuerzo la dark wave y las referencias más rancias (o no) como Raphael, logrando la cuadratura del círculo en un producto final muy logrado, muy bien producido. Mucha gente encontrará esto bastante difícil de digerir. «Es difícil, el público se ha polarizado mucho, y hay gente que se lo toma todo muy en serio. Podría participar en tributos a Mecano o Pedro Marín si vienen del sitio adecuado, nunca se sabe».
 
Nos encanta la guitarra de Ana Béjar (Usura, Orlando) en «La Loba Herida», diría que es uno de los grandes momentos del disco si no fuera porque todo lo que contiene raya a un nivel altísimo. Es un tema bastante antiguo pero ha ido madurando hasta ahora y con nueva producción y arreglos brilla como siempre debió hacerlo. «Sí, era del 2004 o así, la guitarra estaba hecha con emulador, y estaba bien, pero quería probar cómo quedaba con una real. La mezcla fue laboriosa pero mereció la pena».
 
Hablamos también del panorama actual. ¿Madrid ha muerto?: «Sí y no. Hay muchas cosas, pero las relaciones han cambiado, seguro que hay muchas cosas muy interesantes de gente que se produce en casa y hace cosas chulísimas, pero hay desconocimiento en ese sentido…me encanta lo que hace la gente de Explosivos Riotinto, por ejemplo, o Default. Gente que usa la electrónica de un modo interesante. La electrónica por la electrónica.»
 


 
Vadim Tudor actúa el 17 de abril junto a Keluar y Moira.
Vadim Tudor actúa el 9 de mayo en Maravillas Club con Hanin Elias.
Vadim Tudor actúa el 30 de mayo con Oviformia SCI en El Intruso.

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