Valerie June (Teatro Magno) Madrid 18/11/25
Valerie June llegaba a la sala principal del Teatro Magno, bajo el paraguas de Houston Party, con un público mezclado entre fans de largo recorrido y nuevos descubridores tras su reciente disco; Owls, Omens and Oracles (June Tunes Music), quizás su trabajo más asequible para una audiencia más amplia, o con canciones más pop.
Y ante una entrada no demasiado amplia para la artista que nos ocupa ¿digamos poco más de mitad del aforo? salía al escenario con su imponente presencia la de Tennessee, con su banjo, ese “pelazo” de medusa y mirada concentrada. Pero Madrid tenía otros planes para ella.
En los primeros temas se vio a una Valerie visiblemente incomoda con el sonido, con una mezcla de frustración y serenidad, no fue queja gratuita, era porque la voz, al menos para ella, dentro del escenario – fuera el sonido era notable – no estaba donde debía. Se tapó el oído con el hombro varias veces, intentando escapar de un monitor díscolo que devolvía más volumen del compañero que el suyo propio. Aun así, tiró hacia adelante, ajustándose sobre la marcha mientras “Man Done” abría el repertorio con un tempo lento marcado en el setlist en plan nota secreta de producción.
Enlazaba con “All I Really Want” y “Endless Tree”, ambas subiendo la tonalidad y los beats, hasta llegar a otra canción ideada para respirar, palpar el ambiente y poner a prueba la atención del respetable, que estuvo a la altura sin murmullos molestos y todos hipnotizados, hablo, claro de “Love and Let Go”.

Cuando el directo se impone, la realidad golpea a muchos artistas en un escenario, así le pasó de nuevo a Valerie cuando su banjo decidió jubilarse en plena actuación, podía haber sido un desastre, pero improvisó cambiando al banjolele, que es un banjo con mástil de ukelele (a todo esto, me informó Jorge Taús, que uno es del lumpen eléctrico) y salió airosa de la situación.
Buena parte del repertorio se apoyó en el mencionado Owls, Omens and Oracles, un disco más accesible, más pop, más colorido, pero sin abandonar ese halo místico marca de la casa. Producido por M. Ward y con invitados como Norah Jones o Blind Boys of Alabama, el álbum mezcla folk astral, soul, gospel ligero y un toque psicodélico, esto último algo que, al directo – al menos el de Madrid – no acabó de llegar.

También hubo espacio para temas fundamentales de su repertorio, “Call Me a Fool” mostró su muro vocal a pleno rendimiento, de esas que hace que te estremezcas, “Shakedown” se convirtió en uno de los estallidos de la noche, o “If And”, tocada como un mantra oscuro atrapante en la oscuridad de la sala.
Un concierto de Valerie June tiene muchos puntos fascinantes, pero lo es más si, a pesar de los fallos técnicos, es capaz de conservar intacta su aura. Hay artistas que necesitan perfección para poder brillar, ella se basta con su presencia imponente, su conexión y claro; unas canciones a prueba de balas. Una artista en plena expansión y probablemente en su mejor momento compositivo, que nos enseñó que un concierto puede ser imperfecto y precioso a la vez.
Fotos Valerie June: Fernando del Río

