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Vulfpeck + Judith Hill (Noches Del Botánico) Madrid 21/07/24

Doble noche de funk y soul con las estrellas internacionales Judith Hill y los gamberros Vulfpeck, agotando de nuevo localidades en el ciclo madrileño, lo cual siempre es una alegría, al ver la respuesta del público ante carteles tan cuidados.

Comenzaba todavía de día la cantante y multi instrumentista angelina, sentada al piano apostado en el centro del escenario, con uno de sus temas más introspectivos; “Better Days”. Siempre alguien escribe algo sobre Judith Hill hace referencia a sus colaboraciones con Michael Jackson o Prince ¿lo veis? Ya he caído en el tópico. Así que, lo mejor es reconocer su valía como artista en solitario, porque discos y bagaje tiene un rato como para ver en ella una autentica estrella actual del soul, funk y R&B.

Seguía con “One Of the Bad Ones” y “Turn Up” en la que además de invitar a participar al respetable a usar las palmas como percusión, fue capaz de combinar la guitarra con el piano, en un alarde de destreza no solo musical, también casi gimnástica.

Me atrevería a decir que su corto set fue demoledor, puro y sin ningún tipo de artificio, música desde las entrañas tocada con técnica y pasión, algo a menudo difícil de conciliar. Sin embargo, desde mi punto de vista, la colocación de los temas finales deslució algo su presentación, terminando de una manera no tan alta como hubiéramos deseado.

Y eso que el set se basó en gran parte en su excelente último disco; Letters From a Black Widow (Regime Music 2024) o que casi al final también, tocó su estupenda revisión del “Fire” de “Ohio Players”.

Pero quién soy yo para discutir nada, si delante teníamos una voz y una presencia como la de Judith Hill.

Ya con la pista de Noches del Botánico abarrotada, de público muy joven en gran parte, cosa que siempre alegra, dábamos la bienvenida a uno de los capítulos más emocionantes del funk y del soul de los últimos años. Hablamos de los incorruptibles Vulfpeck, procedentes de Michigan, lugar que históricamente nos ha dado tantas alegrías musicales.

Todo en Vulfpeck es una fiesta, de principio a fin, así se explica que sea el propio padre de uno de ellos, el que salga a presentar su show. En perfecto castellano, explicando a la audiencia que viaja con ellos siempre para acto seguido, ponerse a contar chistes. Así, dando las gracias por la acogida a la formación norteamericana y contando otro chiste, alguien del público gritó: “¡qué se calle ya!” y me temo que fui yo.

Y ahí comenzó una de las gamberradas musicales mejor tocadas de la historia reciente del funk. A la multitudinaria formación le trae sin cuidado todo, comenzando por la estética, cada uno vestido de un estilo, con el predominio de estética universitaria despistada, o de profe de instituto de peli norteamericana de los setenta.

El hecho de no poder ubicar a los componentes en un único lugar, al cambiarse cada poco de instrumentos, también tiene lo suyo, por no mencionar que han llegado donde están sin apenas promoción externa, editando sus propios discos y gastando aquella sublime broma a la actual industria musical, al editar un disco sin sonido alguno; Sleepify (2014). Esto les valió su enemistad con Spotify, que retiro el no disco al poco tiempo, pero sirvió como denuncia a la plataforma y a su manera de retribuir a los artistas más humildes.

“Conscious Club” puso a bailar a todo el Botánico y “Animal Spirits”, con el piano a cuatro manos de Jack Stratton y Woody Goss, mientras Joey Dosik y su saxo nos hizo correr a los fotógrafos detrás de él por todo el foso, recordó la importancia del sentido del humor en la cotidianidad.

“Funky Duck”, ya con su colaborador habitual, el cantante Antwaun Stanley, metió a todos los presentes en escena – en parte – al recibir desde la pista, lanzados por los más entregados, una serie de patitos de goma, que acabaron volando por todo el recinto.

Jacob Jeffries y su particular e inconfundible timbre de voz, salieron al escenario en “How Much Do You Love Me?” subiendo – todavía más – enteros la soberbia actuación y ya no se bajarían de ahí hasta el final. “Running Away” la cantaron juntos, por ejemplo, en “Test Drive” nos deleitaron con la dualidad vocal de los dos cantantes.

Difícil quedarse con algún momento emblemático de un concierto, cuando la totalidad de este es una barbaridad de tales dimensiones. Primera vez que nos visitaban en trece años de existencia y esperemos que no tarden otros tantos en regresar.

¿Soul gamberro? Sí, gracias.

Fotos Vulfpeck + Judith Hill: Fernando del Río

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