Yacht & The Straight Gaze – Sala El Sol (Madrid)
Todavía tengo en los oídos esa sensación de que me ha atravesado, de parte a parte una minipimer. Vaya sorpresa. See Mystery Lights, el disco de la (ahora) pareja del triángulo no está mal, con algunos temas realmente impactantes, pero lo de su actuación fue demasiado.
Un bombazo lleno de saltos, gritos, visuales, canciones que sonaban potentes como torpedos y muy bailables, experiencias religiosas, genuflexiones, mantras, viajes entre el público, bendiciones… de hecho mi cabeza fue una de esas elegidas para la bendición manual de la espectacular Claire Evans. No me extraña que estén en DFA y que giren con LCD Soundsystem.
La banda de Portland fundada por Jonathan Warren Bechtolt (traje blanco impoluto) se presentó en Madrid con una formación compuesta, además de por la mencionada Claire, por Rob “Bobby Birdman” Kieswetter (que hizo de telonero y bajista), Jeffrey “Jerusalem” Brodsky (batería), and D. Reuben Snyder a los teclados. Esta “extensión psíquica” de Yacht, según sus propias palabras, la han denominado The Straight Gaze. Nombre que, resaltan, se parece mucho a decir “Straight Gays”, lo cual es un punto gracioso al menos.
Entre los temas que sonaron estuvieron Psychic City, Summer Song, See a Penny Pick It Up y Nevereverdid. También tuvieron tiempo para entregar una descarga punk brutal (“Do you like punk rock?”, decía Jona, “We love punk rock”) que sonó como un gato hidráulico en celo pidiendo marcha. Más tarde, incluso Mr. Warren cantó una canción de surrealismo diario a lo Eef Clem Snide Barzelay solo con su guitarra eléctrica… fue la única nota low-fi en un concierto que, por lo demás, fue una mezcla entre la planta de video arte del PS1 Moma, la mascletá de Valencia y un mal viaje de ácido de los Talking Heads.
Dicen que Yacht será siempre “transcendente, jodido y raro”. Yo añadiría también que extremadamente divertido. Oídos destrozados, eso sí.