50 Años de The Allman Brothers Band
…hablamos de una de las bandas de más arrollador y épico virtuosismo, dentro de la cronología de la música más suprema y una de las agrupaciones más icónicas, de siempre, acerca del rock sureño estadounidense. Ellos son, ni más ni menos, que The Allman Brothers Band, los cuales cumplen 50 años con respecto a la edición de su homónimo disco de debut, el 4 de noviembre de 1969. De tal modo, es un momento idóneo para recuperar varios impactantes flashes de una obra suya, la cual se halla plena de fusión del rock and roll con el blues, el country, el folk y el jazz; hermanados todos esos estilos de uno de los modos más titánicos, prodigiosos e ilimitados que se hayan ejecutado jamás.
Unas veraces y totales “bestias” de la interpretación e improvisación rockera y una de las 10 formaciones más pasmosas que hayan brotado sobre la faz de la Tierra. Así de sencillo se expresa en simples frases pero así de complicado, también, fue de alcanzar el privilegiado y etéreo nivel que poseían el guitarrista Duane Allman, el vocalista, guitarrista y organista Gregg Allman, el guitarrista y vocalista Dickey Betts, el bajista Berry Oakley, el batería Jai Johanny Johanson y el segundo baquetero Butch Trucks (los seis miembros originarios de 1969, amén de las posteriores y múltiples modificaciones de personal).
Trasladémonos ya hacia, quizás, sus 12 mejores canciones (aunque dicha lista es ampliable, por descontado).
12- SOUTHBOUND
Uno de los planetas, plenos éstos de fértil y hondo rock-blues, diseñados y compuestos por los propios Allman Brothers, eran algunos como, por ejemplo, “It’s not to cross my bear” , “Can’t lose what you never had” o “Southbound”, (además de sus engrandecidas y redimensionadas versiones de otros artistas clásicos del propio género bluesero como “Hoochie Coochie man”, entre otras muchas). Los muchachos de Macon City demuestran en esta tercera canción citada, de 1973, la desenfrenada velocidad que podía adquirir dicho sentimiento “bluesy” suyo, donde la guitarra de Dickey Betts o el piano de Gregg Allman, sencillamente, crean escuela y es como si dichos instrumentos hablasen.
Los primeros años 70 cayeron a plomo como una época trágica y desgraciada para el grupo, ya que tras la tan prematura pérdida de Duane Allman tras una violenta colisión con su moto, el joven bajista co-fundador Berry Oakley, se sumió en un bucle de abatimiento, alcohol y drogas, sufriendo, para colmo, otro accidente de motocicleta, el cual también acabó con su existencia, en 1972, lamentablemente. En tributo a ambos, la propia banda de Georgia se sobrepuso como pudo ante tales irreparables pérdidas y siguió confeccionando indómitos temas como, por ejemplo, esta “Southbound” (“Dirección Sur”), durante los siguientes años 70 y aún mucho más allá.
11-DREAMS
Cuando, en 1969, un humillado y frustrado Gregg Allman disolvió el grupo Hour Glass y se marchó de California hasta Georgia para enrolarse allí en otra banda, junto a su guitarrista hermano mayor, Duane, el propio cantante y tecladista se dejó en Los Angeles muchos de sus sueños musicales sin consumar. Como medida terapéutica, Gregg había escrito algo, sobre aquella misma circunstancia, que aunaba muchos sentimientos contrapuestos en su sonoridad: un rock-jazz de textura melancólica, sutil, tersa, delicada, cambiante, desgarrada, preciosa, inquietante y onírica. Fue la primera de sus composiciones para la próspera empresa Allman, algo que sus nuevos compañeros de combo Dickie Betts, “Jamoi” Johanson, Berry Oakley y Butch Tracks aceptaron encantados desde los ensayos primigenios, hasta el punto de provocar una conjura grupal entre el sexteto recién formado, en aquel año 69, a causa de la propia “Dreams”. En dicha canción se nota la típicamente sureña voz aguardentosa y también hastiada de todo, del mismo Gregg Almann.
Otra emblemática formación del “southern rock” como es Molly Hatchet versioneó bastante bien el asunto, en 1978, aunque renombrándolo “Dreams I’ll never see” y sofisticándolo algo más en la producción y en los arreglos.
10-CAN’T TAKE IT WITH YOU
Tras una turbulenta ruptura temporal del “proyecto Allman”, en 1976, debido al frecuente, creciente y preocupante consumo de drogas (y tramas relacionadas con “camellos”) por parte de sus componentes, acaeció después un nuevo y cordial acercamiento entre casi todos ellos a través de la mediación de Dickie Betts, en 1978. Todo lo cual derivó en la agradable grabación del LP Enlightened Rogues, en 1979, con su productor habitual Tom Dowd (el cual ejerció esta misma labor también con Cream). Una de los supersónicos bólidos que publicaron en aquel año fue este rock-blues “Can’t take it with you” (“No puedo llevarlo contigo”), donde se incorporaron nuevos miembros como el guitarrista Dan Toler o el bajista David Goldflies, ante la negativa de participar de, por ejemplo, el pianista Chuck Leavell y el ”cuatro cuerdas” Lamar Williams; los cuales fueron los dos que no retornaron al grupo por importantes diferencias personales con Gregg Allman.
9-REVIVAL
Dio completamente igual que los dos primeros álbumes de los Allman Brothers obtuviesen una reducida repercusión comercial, ya que nada ni nadie iba a detener las brutales y larguísimas zancadas del combo por las sendas rockeras pavimentadas con el más deslumbrante oro. En otras palabras, “Revival” (1970), una de las maravillas de orfebrería de su segundo LP Idlewild South, puede que no rebasara, como single, ni el puesto 92 en las listas de Estados Unidos, sin embargo, los hippies de aquel país comenzaron a corear en masa el estribillo-himno “Love is everywhere”, es decir, “El amor está en todas partes”; contenido dentro de esta vivaracha canción, a cuyo dicho efecto festivo ayuda la diestra guitarra acústica de Duane Allman. Fue el primer tema escrito por Dickey Betts para el repertorio de la Gran Familia Allman y aunque inicialmente no había voz aconteció que, de manera inusual en el sexteto con respecto a modificar un instrumental, se añadió un repetitivo y exiguo texto a última hora, lo que en mi opinión resultó un completo acierto en el centro de la diana.
8- DON’T KEEP ME WONDERING
“Don’t keep me wondering” (“No me dejes preguntándomelo”), de 1970, lanza agitadas ondulaciones rock-blueseras, lideradas éstas por la juguetona armónica de Thom Doucette, un colega del bajista Berry Oakley. La letra vertida por Gregg Allman parece aludir a un hombre colado hasta las trancas por su chica y siempre pendiente de los juegos a los que le somete ella. El tema reza así en su último verso:
“Creo que me iré ahora pero sabes que volveré. Puedes pensarlo, nena, dime como actuarás. Voy a quedarme aguantando pero no consigo ser fuerte. Por favor, no me dejes preguntándomelo más tiempo. Y sé, sé, sé que nunca había estado enamorado antes”.
Durante la grabación de ésta y otras canciones para el disco Idlewild South, el mismísimo Eric Clapton había quedado atónito por la mastodóntica capacidad de la banda meridional y del guitarrista Duane Allman, así que invitó a éste último a tocar con el grupo Derek and Dominos, en aquel año 70; donde Clapton creó clásicos como “Layla”, “Let it rain” y otra variedad de canciones amorosas. Aún con todo, Duane, permaneció fiel a su banda-madre y no quiso alargar su estancia en los Dominos de su amigo Eric.
7 – AIN’T WASTING TIME NO MORE
Temas de la Allman Bros. Band como la óptima “Come and go blues” y esta magna “Ain’t wasting time no more”, entre otras suyas, simbolizan la más nítida esencia del rock sureño, del cual el grupo georgiano es el primero que lo difundió a nivel internacional, desde 1969 (aunque ya existían embrionarios focos locales, desde los años 50, en Memphis o Nueva Orleans); abriendo puertas, además, para otros considerables talentos como Lynyrd Skynyrd, ZZ Top, Marshall Tucker Band, Little Feat, Outlaws o Charlie Daniels Band, durante la década setentera. Este último corte comentado significa “Ya no estoy perdiendo más el tiempo”, cuya letra fue creada, en 1972, por Gregg Allman en su periodo de duelo por su hermano malogrado, Duane y en parte podría hablar de este último; además de sugerirse párrafos sobre los soldados que retornan del Vietnam (quizás, inspirado en algunos “pipas” de la propia banda). Parte de la narración se traduce así:
“El domingo pasado, por la mañana, el sol se sentía como la lluvia. La semana anterior, todos parecían lo mismo. Con la ayuda de Dios y de verdaderos amigos, me di cuenta de que todavía tenía dos piernas fuertes e incluso alas para volar. Y ya no estoy perdiendo más el tiempo, porque éste pasa como huracanes y cosas más rápidas” .
Sin embargo, la música había sido plasmada por el vocalista y teclista antes del indeseado suceso de Duane y la anécdota es que Dickey Betts practicó las primeras maquetas con la “slide guitar” cuando la banda se hallaba en un vuelo hacia Miami. El bajista Berry Oakley y el batería “Jamoi” Johanson animaron después al menor de los hermanos Allman a llevarla al estudio: el alma de los versos era el de seguir adelante, a pesar de las tremendas pesadumbres por las que atravesó el grupo en 1971 y 1972.
6 – BLACK-HEARTED WOMAN
Este tan sentido, fluido y convincente blues-rock-funk, fue generado por Gregg Allman para el álbum de estreno de la banda, en 1969, acerca de una mujer con el “corazón negro” que le había dañado a él, de diversas formas (y es que las canciones del género bluesy son, esencialmente, sobre el sufrimiento). “Black-hearted woman” fue publicado como single en 1970 y es una de las más distintivas de su repertorio. Por supuesto, el tándem de leyenda Duane Allman / Dickey Betts ponen aquí las guitarras en una afiladísima sexta marcha que no muchos pueden igualar y aún menos, sobrepasar. Tras solo dos años después de la fundación de la banda, en 1971, el crítico musical George Kimball, de la revista Rolling Stone definió a The Allman Brothers Band como “La mejor banda de rock and roll que se había creado en Estados Unidos en los últimos cinco años”.
The Allman Brothers Band ingresó, precisamente, en el selecto Salón de la Fama del Rock and Roll, en 1995, pero nadie llega a acariciar semejante cumbre así como así: ya desde sus primeros tiempos, el grupo ensayaba siempre infinidad de horas absolutamente todos los días de la semana.
5 – IN MEMORY OF ELISABETH REED
Segunda parte de los años 60 / primera mitad de los años 70: una franja áurea en el rock, un irrepetible big bang musical con bandas excepcionales en todos los géneros, donde tanto las discográficas independientes como muchas multinacionales concedían , prácticamente, “carta blanca” a sus músicos contratados y millones de oyentes quedaban complacidos, de sobremanera, con aquellos LPs, de absoluta libertad creativa. Uno de los abanderados de todo aquel paraíso ideal eran los Allman Brothers, los cuales fueron fichados primero, en 1969 por ATCO Records, filial de la gran corporación Atlantic Records y luego, en 1971, por otra discográfica alternativa y especializada en “southern” como Capricorn Records; la cual tuvo el auxilio fundacional de la propia Atlantic. Tras sus iniciales y fantásticas dos semillas de estudio, esta banda del Sur alcanzó el apogeo de su popularidad y su máxima plenitud interpretativa gracias a sus directos, donde los cortes se alargaban y desmelenaban hasta arribar a un clímax carente de finitud y dónde las reglas de 3 minutos, la cuales demandaban las radio-fórmulas, resultaban reducidas a cenizas.
Una de esas piezas que ejemplifican todo ésto era el precioso y fino instrumental rock-jazz, de 1970, “In the memory of Elizabeth Reed” (parece que a los Allman los nombres femíneos les inspiraban canciones intemporales), que se extendía hasta los 13 minutos en el monumental directo, en Nueva York, Live at Filmore East, donde por ejemplo se erige imperial Gregg Allman a los teclados. Afloró la leyenda de que a Dickey Betts se le ocurrió componer dicha canción después de observar el nombre de una chica en la lápida de un cementerio de Macon, en Georgia; donde a menudo la banda iba a ensamblar canciones y a tomar alguna sustancia prohibida. Precisamente, Duane Allman y el bajista de la banda Berry Oakley se hallan enterrados en este mismo camposanto de su ciudad adoptiva. En realidad, la verdadera musa del asunto es una novia de Boz Scaggs (ex- Steve Miller Band), con la que el mismo Betts tuvo un desliz romántico, aunque este músico no desveló su nombre y utilizó otro: el de la difunta Elizabeth Reed. También el tema “All Blues” de Miles Davis, influyó al compositor nacido en Florida; estado éste, por cierto, dónde también habían pasado su infancia los dos hermanos Allman, aunque luego se establecieran todos en Georgia.
No quiero dejar al menos de mencionar que, por ejemplo, “Hot ‘Lanta”, “Instrumental illness o “Pegasus” son una muestra de muchos otros grandiosos instrumentales que edificaron los Allmann Brothers, aunque hoy no me dispongo a extenderme sobre ellos, aquí en Muzikalia, por falta de tiempo.
4 -MELISSA
…allí que se encontraba Gregg Allman en una tienda de comestibles de Florida, en 1967, a punto de que le cobraran en caja diversos productos como café o azúcar, cuando observó a una clienta española, una mujer mayor a la que atendía otra dependienta del establecimiento. Entonces, la traviesa nieta de la señora, llamada Melissa, se le escapó de los brazos hacia los pasillos del supermercado, para luego ser requerida la pequeña por su nombre, por parte de su preocupada abuela. Esa misma fue la dulce chispa y el nombre femenino que Gregg necesitaba para terminar de inspirarse para una canción romántica de las superiores, ya que él mismo consideraba que no había escrito ninguna de calidad, cuando todavía no militaba en el grupo que le transportó a la celebridad.
Hasta un año después, en 1968, Gregg no se la enseñó a su hermano Duane Allman, el cual quedó hechizado con dicha composición, hasta el punto de que se convirtió en su favorita del repertorio construido por su familiar. Luego resultó grabada para el álbum “allmanero”, Eat a Peach, en 1972 y el mismo Gregg se la dedicó a Duane, el cual, como comentamos antes, había perecido trágicamente en un choque de motocicleta, poco antes, en 1971. La letra, en realidad, trata de un libertino y viajero gitano, el cual tiene muchas amantes aunque, sin embargo, la única fémina con la que él quiere estar realidad, incluso después del fallecimiento de ambos, es una muy muy especial que ama en profundidad: Melissa. Éste párrafo se detiene ya al no hallar, el que aquí redacta, términos para describir la inacabable e inabarcable belleza de este canto al amor eterno.
3 – WHIPPING POST
“Whipping post” (se traduciría, más o menos, como “Poste de flagelación”) se erige como un muy afligido rock-blues, el cual relata las penas de un hombre que ha sido abandonado por una mujer despiadada. La simpática anécdota fue que el vocalista Gregg Allman escribió este tema encima de una tabla de planchar (ya que no encontraba ningún papel en su domicilio, en aquel instante crucial) y a los pocos días de que su hermano Duane le introdujera en la banda, en 1969. Al principio, era una reposada balada pero el bajista Berry Oakley le añadió una parte más tensionada a la “intro” y el propio Gregg se esforzó para que su voz fuese mucho más ronca y desesperada.
En el aclamado e histórico directo de The Allman Brothers at Filmore East – Live, de 1971 (¡uno de los considerados más sobresalientes LP en vivo, en 65 años de rock!), alargaron la propia “Whipping Post” hasta los 23 minutos, aunque de manera tan magistral, rica y cuidada ¡que hasta se hace corta! Por ejemplo, el dúo de guitarristas Duane Allman / Dickey Betts y la dupla de baterías “Jamoi” Johanson / Butch Trucks montaron tal maratoniana y boscosa interpretación que explotó sencillamente como heroica e impactante, dentro de dicha exhibición escénica. También la canción acabó nombrada por la revista Rolling Stone como una de las 500 mejores canciones de todos los tiempos. Sobran más términos para este párrafo acerca de este doctorado musical que es “Whipping Post”.
2- MIDNIGHT RIDER
Compuesta, en 1973, en una cabaña de Macon, Georgia, (base de operaciones del combo) en medio de una fumada de marihuana , la bamboleante e indestructible “Midnight rider” (“Jinete de medianoche”) supone uno de los puntos “southern rock” más fabulosamente álgidos como compositor de Gregg Allman. La letra se halla dedicada a la superación de todos obstáculos que le colocan a una persona errante e ingobernable, aunque el propio Gregg también temía morir, tras las dos desafortunadas desapariciones de su hermano y de su bajista, entre 1971 y 1972.
Para animar al mismo Gregg, unos de los asistentes de conciertos de la banda, Robert Kim Payne, ayudó a la elaboración de la canción, expresando una frase destinada a la misma: “el camino continua para siempre”. Eso inspiró la toma final al músico, el cual fue rápidamente al estudio para grabarla. Con honestidad, el pequeño de los Allman concedió al propio Payne un 5% de los derechos de autor de un tema, el cual se escribe con letras de diamante, dentro de la trayectoria del más estratosférico rock.
En relación a ésto, han versioneado “Midnight Rider” artistas tan dispares pero todos de reconocida valía internacional como Patti Smith, Garth Brooks, Joe Cocker, Willie Nelson o UB40, entre otros/as.
1- JESSICA
Erase una vez un matrimonio formado por uno de los más colosales guitarristas de rock, Dickie Betts y su esposa Sandy Bluesky, los cuales tuvieron un hija llamada Jessica. Posteriormente, en 1972, cuando la pequeña niña tenía solo un año, ésta entró en la habitación donde estaba tocando su padre los primeros acordes de una composición y después de que, por dicho motivo, la propia muchachita se pusiera entonces a bailar, su progenitor al verla tan hermosa, se le ocurrió dedicarle a ella una de las piezas instrumentales más descomunales que se recuerdan en cualquier género musical. El papá Dickie creó esta feliz melodía con una técnica de tocar con dos dedos también en homenaje al estilo del jazzman belga Django Reinhardt. Cuando el mismo Betts y el guitarrista Les Dudek se subieron a la camioneta para dirigirse al estudio, a toda prisa, y enseñarle dicha especial canción a los otros músicos del combo, comenzó a nevar y es que el malogrado, en 1971, Duane Allman pareció bendecir la obra maestra recién creada, según contó el propio Dudek; sobrecogido éste ante dicha inmaculada señal del cielo.
Con la tonalidad de un cuento infantil se debe narrar lo que supone esta entrañable y prodigiosa jam de rock-blues, publicada en 1973 (la cual jamás afloja durante los 7 minutos que dura su dinámico ritmo y donde también está de nota 10 el pianista Chuck Leavell), para la cual no alcanzan ni términos ni descripciones para abarcar su grandeza. Únicamente, la posiciono en el nº1 y después este artículo guarda ya silencio para contemplar y escuchar la majestuosidad de la “delicatessen” auditiva que es “Jessica” y para rendir respetuosos honores a los indelebles músicos que la crearon: The Allman Brothers Band.
Me gustan estos artículos de clásicos. Gracias por acordaros de la gente con una edad 🙂
grandiosos.
Pues sí, y geniales también los hermanos Allman y los excepcionales músicos que conformaron la banda a lo largo del tiempo, sobre todo los mencionados con cariño y admiración por parte de Txus Iglesias. Genial tema, «Jessica», e imprescindible, el directo de 1971 en Filmore East. Gracias al autor y a Muzikalia, por recordarnos este gran grupo, unos auténticos clásicos, que ayudaron, entre otros, a hacer imperecedero el llamado «Southern Rock».
Muchas gracias a Xavi, Julio y demás foreros por sus comentarios, en MZK, sobre los espectaculares y legendarios Allman Brothers Band.
Saludos de Txus, autor del artículo.
Entro aquí para rendir homenaje a los miembros poco reconocidos de la banda refundada del 79 ,
Dan Toler ( RIP) , el segundo y excelso guitarrista de gran creatividad y punch, y
David Goldflies , que para mí era quien conjuntaba la banda ý bajista descomunal.
Un mundo de virtuosismo entre sus integrantes. Estilos gitanos,rock sureño,…. pianos sin teclas, guitarras sin cuerdas. Allman Bros, de lo mejor en la música sin dudas.