Mus
La gente de la que hablamos en «La vuelta» o «Adiós» van sobrados de dignidad y no necesitan donativos.
Como siempre, es un placer hablar con Fran Gayo y Mónica Vacas, y más aun, si lo que tenemos entre manos es un disco nuevo de la pareja asturiana, un disco tan inmenso como Divina Lluz.
Podríamos decir que El Naval (Acuarela, 02) ha sido un álbum muy exitoso (según el nivel en el que nos movemos, no hablamos de vender millones de copias).
No se… ¿realmente creemos que el término exitoso es apropiado para este nivel pequeñito al que hacéis mención? Si nos referimos a números de ventas ¿qué es lo que diferencia un disco exitoso de uno que no lo es? ¿2000 discos arriba o abajo ? El Naval fue exitoso para nosotros a nivel personal, porque teníamos una necesidad que vino a «amortiguar», porque nos ayudó en su momento, nos sirvió para conocer la costa Oeste americana y afianzar nuestra amistad con la banda, y eso ya es muchísimo. No nos estábamos refiriendo a vender 2.000 copias más o menos (aunque precisamente en EE.UU. sí que se ha vendido bastante bien), nos estamos refiriendo a la acogida general que ha tenido en todos los medios de comunicación y entre el público, hasta el punto de, por ejemplo, figurar como tercer mejor disco del año para RDL, y asentaros definitivamente como uno de los grupos más importantes de Acuarela, en cualquier caso, ¿esperabais ese recibimiento tan caluroso en EE.UU.?.
El recibimiento en USA fue una maravilla, hubo uno o dos meses en que todas las semanas recibíamos emails de gente hablándonos del disco, incluso preguntándonos por la situación del asturiano… recordamos un email de un chico coreano en que nos pedía le recomendásemos música tradicional asturiana. Supongo que ahora estará encantado con el disco de Mariluz Cristóbal.
¿Os ha condicionado esta expectación de algún modo a la hora de trabajar en Divina Lluz?, ¿habeis sentido cierta presión, tanto del exterior como por vosotros mismos?.
Por un lado no creemos que haya tal expectación con nosotros. Igual sólo se dio algo parecido a la expectativa hace unos años, cuando íbamos a publicar Fai. Luego alguien dijo que el disco patinaba y buena parte de la crítica restante asintió. Precisamente esa situación nos sirvió para aprender en cierta medida a vacunarnos contra expectativas que no sean las propias de nosotros dos. A ese nivel sí que ha habido una presión, digamos, íntima, ejercida por todas las cosas que nos han pasado en el último año y medio y sobre todo por la responsabilidad de llevar esas cosas a canciones de 4 minutos.
Habladnos de vuestra aventura americana, ¿qué tal la gira por allí?, ¿qué conclusiones positivas/negativas y/o musicales/personals/vitales habeis sacado?.
Todas las conclusiones han sido positivas. De mano porque resulta casi irreal llegar a una ciudad como Tijuana y encontrarte más de 200 personas en un club para verte, ver que la gente conoce las canciones, diferencia los discos… recordamos un chaval en concreto que tenía incluso el cd del factory en que salía «Jacottet», la primera canción que publicamos. Gente muy cariñosa en general. Por otra parte nos flipó bastante ver cómo en la mayoría de las ciudades el público asistente no era personal indie, te encontrabas gente mayor, matrimonios que acababan de salir de currar, venían a saludarnos al terminar la actuación; todo muy lejos de este distanciamiento teatral tan europeo. La gira USA para nosotros supuso una experiencia a nivel personal, únicamente, es decir, no creemos que a un nivel musical nos haya dejado un poso que se vea en las nuevas canciones, no volvimos de allí con un flamante sombrero stockton y unas botas de piel de serpiente. Digamos que nos ayudó a “resituarnos” en el mapa, a tener aún más claro de dónde venimos, y eso para nosotros tiene más peso que el lugar hacia el que vamos o en el que nos encontramos. Ese «distanciamiento teatral tan europeo» (je, nos atreveríamos a decir que en Asturias se acentúa), puede ser uno de los motivos por los que Mus os dejáis ver tan poquito en directo por aquí -nos referimos a España en general-. Suponemos que ese calor recibido por el público en EE.UU. se agradece enormemente cuando estás sobre el escenario.
Y hablando de subirse a un escenario, acabáis de llegar de Taiwán, contadnos lo más significativo de los dos conciertos en Oriente.
El viaje a Taiwan ha supuesto tantas cosas que nos llevará un tiempo poder ordenarlas en la cabeza. No tanto el hecho de que los conciertos saliesen bien, que no deja de ser puramente accidental, un día tu estás más o menos fino, el técnico lo mismo… pero realmente la reacción de la gente en las firmas de discos, cuando venían a hablar con nosotros, incluso las conversaciones que mantuvimos con Avant Garden records, la gente que nos licencia allí… no se, es la primera vez que fuera de una promo alguien viene y te hace preguntas concretas sobre los discos, te piden que les aclares detalles, es como si los discos en nuestra vida fuesen una habitación con una sola ventana y de repente alguien nos ha sorprendido abriendo otra ventana más en la que ni nos habíamos fijado, hay más luz y más aire fresco.
Por su parte de los conciertos no se puede pedir más, la cosa estuvo alrededor de las 900 personas sumando las dos fechas.
Tras la gira americana habéis logrado crear una «banda estable» con la que ya llevais un tiempo trabajando, ¿hasta que punto han sido influyentes en Divina Lluz?, ¿cuál es su aportación?, ¿tienen un peso decisivo en el resultado final de las canciones?.
Es curioso, porque ahora que tenemos una banda «estable» hemos conseguido grabar nuestro disco más desnudo. Yo creo que todos hemos tenido que aprender un poco a aportar a cada canción lo estrictamente necesario, nada de excesos ni lucimientos, producción la justa. Posiblemente eso sea lo que más tiempo nos ha llevado. Evidentemente, cuando una canción como «Déxame pasar» decides reducirla a un murmullo borrando cinco pistas de instrumentos, tienes que estar muy seguro de lo que haces, tu y la gente que te está echando una mano con el disco. Cada uno a su manera ha tenido un margen de importancia, sobre todo Pedro Vigil. Yo creo que sin Pedro difícilmente hubiésemos podido grabar las voces de otro modo, conseguir allanar todo el terreno para que Mónica estuviese lo más segura posible a la hora de interpretar. Los tres son gente finísima, con mucha vista no sólo para saber lo que hay que tocar sino cuándo una canción no te necesita, cuándo lo mejor es hacerse a un lado y escuchar al resto de la banda. Esto parece una perogrullada pero poca gente está dispuesta a aprenderlo. Eso quiere decir que 10 ojos ven más, pero sobre todo ven mejor que 4. Fran, una vez nos comentabas que te sentías tan cómodo tocando con ellos, que a veces te apetecía buscar un teclista para quedarte un poco al margen, apartarte tú también para disfrutar de lo que estaban haciendo los demás.
El Naval era un disco con un componente «social» y una «conciencia de clase» muy importantes. En Divina Lluz eso no se pierde del todo, pero los referentes personales son mucho más importantes, ¿no?
En El Naval los referentes personales era igual de importantes, el vínculo familiar era decisivo en las letras, como en Divina Lluz aunque el tono sea un pelín distinto. “Encofraos” no era una canción sobre la emigración de modo abstracto, hablaba de mi padre, de mi madre, del vacío que mi padre dejaba cuando éramos críos y se iba a trabajar lejos de casa. Yo no creo que hayamos cambiado tanto de un disco a otro, quizás sí en Divina Lluz hay un algo de esperanza que en El Naval nos faltaba. Aunque en Divina Lluz la muerte sea un tema central no llega a los niveles de fatalismo que quizás lastraban El Naval. Mónica comentaba cuando estábamos terminando la mezcla que en el fondo todo el disco giraba en torno a la ausencia: en general, en abstracto o con todas las caretas que quieras ponerle…
Habladnos de «Adios», la canción que cierra Divina Lluz. Para quien no lo conozca, ¿quién es José Luis García Rua, y por qué aparece es un disco como Divina Lluz?
Mencionar la vida de José Luis García Rúa, así, como respuesta breve en una entrevista, resulta casi una frivolidad. Date cuenta de que estamos hablando de alguien que pasó su primera juventud, tras la Guerra Civil, en un campo de concentración en Francia, alguien capaz de sobreponerse a un sin fin de circunstancias adversas consiguiendo ir a la universidad en los años 50, procediendo de una familia no pudiente e ideológicamente perseguida. No se, nos resulta toda una epopeya ver cómo varias décadas después José Luis ha conseguido ser todo lo que su entorno parecía no apuntar, como de hecho consiguió transformar su entorno, crear un caldo de cultivo en nuestra ciudad para que cosas ahora tan elementales como la lectura o el teatro, no estuviesen en mano sólo de cuatro familias con apellido ilustre. Sólo queremos decir que para nosotros pocas cosas nos pueden haber llenado de más orgullo como que Rúa accediese a colaborar en Divina Lluz recitando su poema. Como diría Neil Hannon, un «middle-class heroe»
Vamos a mirarnos de cerca; Mus (casi) nunca habeis tenido malas críticas -a pesar de sembrar muchas veces la controversia (debe ser que la gente no está muy acostumbrada a llamar a las cosas por su nombre)-, pero en cambio sí que habeis sufrido cierta indiferencia de bastantes medios, sobre todo aquí, en Asturies aunque parezca mentira…
La relación con los medios asturianos es complicada, se ha tenido que insistir mucho por parte nuestra y de acuarela (¡inefable Claudia!) para que prestasen un mínimo de atención. Supongo que esto no debería ser así, que debería ser en cierta manera una obligación de estos medios, especialmente de los tres diarios de grande tirada, pedir los discos, interesarse… pero hasta hace poco ha habido un grado de desidia preocupante, espero que las cosas vayan desbloqueándose y no sólo de cara a Divina Lluz, sino de cara al siguiente disco de Nacho o de Nosotras o de Manta Ray, no podemos olvidar que el peso de los medios más «modernitos» aquí es puramente anecdótico, ridículo al lado de las páginas de cultura y espectáculos de estos diarios.
Y sobre la controversia, suponemos que se reduce a dos o tres entradas en foros que casi tienen que ver con nuestras ideas políticas, o con lo que esos foreros-polemistas creen que son nuestras ideas. El ámbito de los foros se ve contagiado por la situación social actual, en los medios de comunicación se está llegando a unos niveles de intolerancia y grosería delirantes de verdad, y en los foros es lógico que eso suceda también. Qué se le va a hacer. Tampoco creemos que merezca más atención, sobre todo si tenemos en cuenta que más allá de esto los foros son una gran herramienta para intercambiar información. Bueno, el tema de los foros, en realidad son un buen nexo entre los grupos y el público, una manera bastante cercana de tomar contacto unos con otros, y sobre todo, un vehículo de expresión absolutamente espontáneo.
Hay una serie de aspectos que parece que marcan un poco el desarrollo de Divina Lluz, nos estamos refiriendo a las relaciones personales, la vida y la muerte (sobre todo la muerte) por un lado, y por otro, vuestras preocupaciones cotidianas, como pueden ser el trabajo y la difícil situación laboral que continúa viviendo Asturias.
Todos esos temas que comentáis están en el disco, pero no porque hayamos querido hacer un compendio de nada, sino porque en los últimos meses han estado en nuestras vidas, en algunos momentos de manera especialmente dolorosa. Quizás el 2003 ha sido un año duro, de muchas cuestas arribas, mucho dar y recibir pésames, muchos sustos y mucho pensar y cavilar… y todo eso de alguna manera te pone en un estado de alerta especial, llegas a ser casi como una antena recibiendo señales de cualquier esquina.
Dándole vueltas hemos llegado a la conclusión de que, efectivamente, la vida puede enseñarte muchas cosas, pero la muerte es la escuela de mayor calado, la «Escuela cruda» como la llamamos en la canción que abre el disco. De ahí que aparezca en prácticamente todos los temas del disco, lejos (o eso esperamos) de una óptica romántica.
Del mismo modo está muy presente el tema de la partida, el exilio o la emigración, que no deja de ser un exilio laboral. Tampoco hemos querido dar una imagen ternurista o llorona, ese mito del emigrante con gorra que en las películas siempre sale con imágenes de super 8. Sólo hemos intentado que saliese con un cierto cariño, insisto, porque estamos hablando de gente que conocemos. Por extensión puede parecer que estamos intentando dignificar algo, pero no es así, la gente de la que hablamos en «La vuelta» o «Adiós» van sobrados de dignidad y no necesitan donativos.
Hemos hablado de Mus y de Divina Lluz sin mencionar ni un solo grupo musical; ¿las influencias musicales ya han quedado atrás para Mus (a pesar de seguir admirando los discos de Robert Johnson o los de Low, por citar dos ejemplos)?; ¿veis a otros musicos y artistas como meros espectadores, o buscais en ellos la inspiración para vuestras canciones?.
Seguimos escuchando música, pero cada vez con menos ganas, es una putada pero no queda otro remedio que rendirse a la evidencia. Empieza a agotarnos ese «estar pendiente» de cosas nuevas. Lo de inspirarse en otros grupos era algo que en Alma o El Naval intentamos por todos los medios quitarnos de encima, rastreábamos los arreglos que pudiesen parecerse a este o aquél para sacarlos de las canciones… eso no dejaba de ser un poco obsesivo y absurdo… es decir, lo ideal es que un disco (al menos uno nuestro) pueda valorarse ajeno a referencias, exento que se suele decir. Pero el obsesionarse por depurar puede llevarte también a hacer un disco lleno de calvas, y a que esas calvas sean bastante más elocuentes que las canciones en sí.
Contadnos algo del proyecto que ha llevado a cabo vuestro amigo Ramón Lluis Bande paralelamente a la grabación de Divina Lluz. Ha grabado una película, que también lleva por título Divina Lluz, contadnos la relación, los puntos de convergencia y de divergencia entre el disco y la película…
La película parte de la ideal inicial que teníamos de grabar el disco en la Iglesia del Dolor, en Grao. En un principio la intención de Ramón era registrar el proceso en que el disco se va gestando, las canciones se ensayan, se graban, se produce… creo que era algo así… aunque la memoria suele patinarme bastante!! Luego esto se iba intercalando con segmentos documentales que remitían a las letras. Poco a poco (y sin que tampoco recuerde por qué) todo fue cambiando en un proyecto de ficción y ha dado como resultado la nueva película de Ramon.
Ahora, vista la película ya terminada, creemos que lo ideal es ese cambio sufrido, que marca en cierto modo un distanciamiento del disco que era muy necesario, es decir, no es El Fulgor 2, no es una pelicula sobre Mus ni nosotros ponemos banda sonora a la nueva película de Ramón. Nosotros íbamos a hacer un camino partiendo de un punto, que eran nuestras propias vivencias, él llegó y decidió dar el mismo paseo pero tomándose su tiempo, y adaptando esas vivencias a preocupaciones más habituales en sus películas… y al final del camino nos encontramos con dos álbumes de fotos completamente diferentes.