Entrevistas

León Benavente

Exteriorizar sentimientos en canciones es una buena manera de plantearte a qué dedicas la mayor parte de tus pensamientos diarios


El cuarteto León Benavente se estrena con un álbum homónimo en el que confluyen las personalidades de músicos del calibre de Abraham Boba, Luis Rodríguez (Nacho Vegas), Eduardo Baos (Tachenko) y César Verdú (Schwarz).
 
León Benavente (Marxophone, 13) es un disco inquieto, agresivo y extrañamente seductor, en el que la ardorosa realidad de la sociedad actual roza con la inventiva hasta dejar como resultado una decena de canciones intensas, vibrantes y turbadoras.
 
Charlamos acerca de las peculiaridades este nuevo proyecto con el vocalista Abraham Boba, en una interesante entrevista que puedes leer a continuación.

¿El proyecto León Benavente surge como la necesidad para dar salida a esa crispación, impotencia e incomprensión motivada por la actual situación social? ¿En qué momento surge la decisión definitiva de crear la banda y por qué?
 
En primer lugar surge de nuestra inquietud como músicos y fruto de una larga amistad. Sí es verdad que este proyecto es algo que necesitábamos los cuatro en nuestras vidas en este momento y de ahí se destila de alguna manera la temática de las canciones. Pero no tomamos una decisión definitiva hasta que vimos que las canciones merecían la pena.
 
«León Benavente» es un disco inquieto, contestatario, por momentos incluso violento… ¿Darle este aspecto final al conjunto era una intención pretendida desde el principio o surgió de algún modo a lo largo del proceso?
 
Más lo segundo. La única premisa que nos pusimos fue hacer canciones sencillas, directas y enérgicas, con las que disfrutásemos tocando en directo. La temática que sobrevuela el disco se fue creando poco a poco, a medida que íbamos cerrando las canciones. Muchas veces fueron las propias estructuras musicales las que me hicieron escribir de este modo.
 
A pesar del desencanto e incluso la desesperación que desprende la escucha del álbum, lo cierto es que también resulta extrañamente seductor, quizás por la constante elegancia de la interpretación ¿Pretendíais conseguir ese contraste de sensaciones?
 

No, no era algo premeditado, pero sí es verdad que vimos que ese tipo de interpretación aportaba algo nuevo, una mezcla extraña y sugerente que todavía no sé definir, pero aporta originalidad a una propuesta que se basa en el formato de grupo de rock clásico.

En el disco hay canciones que apuntan hacia la ironía o la insinuación y otras (la mayoría) cuyo motivo es tremendamente directo y evidente… ¿Cuáles dirías que son las principales armas de León Benavente a la hora de crear creaciones que impacten en el oyente?
 

Supongo que son canciones honestas. Con lo que somos, con lo que hemos vivido y con lo que estamos viviendo como músicos y como personas. Y eso hace que muchas veces el oyente se sienta identificado con lo que está escuchando.

¿Cómo es el habitual proceso compositivo en León Benavente? ¿Hay democracia en las decisiones que tiene que tomar la banda?
 

Normalmente nos juntamos Luis y yo y trabajamos sobre algún patrón rítmico al que acompañamos con una secuencia armónica, siempre pensando en una estructura de «canción». Luego yo trabajo en las voces y en las letras. Es entonces cuando nos juntamos con César y Edu para hacer que la canción pase a existir, a ser real. Sí, por supuesto hay democracia en las decisiones del grupo, y aunque a veces generan conflicto los cuatro tenemos muy claro en qué dirección avanzar, ya se tome uno u otro camino.
 
El caso es que, desde fuera y en parte, da la sensación de que el proyecto está construido sobre tu imponente presencia lírica y su correspondiente interpretación, con el sólido apoyo instrumental del resto completando la ecuación, pero con el foco principal apuntando hacia ti… ¿Es este otro proyecto de Boba o por el contario es un propósito repartido a partes iguales entre cuatro personas?
 
Es un proyecto repartido a partes iguales entre los cuatro. Sin duda. Cada uno aporta su experiencia y su bagaje y es la mezcla de personalidades la que lo hace especial.




¿Dirías que «León Benavente» es el disco más agresivo en el que has participado?
 
Sí. Tanto a nivel musical como lírico.

¿Cómo te afecta personalmente exteriorizar sentimientos y vivencias (con frecuencia motivados por una sociedad incomoda, compleja y enferma) en canciones?
 
Es una buena manera de plantearte qué es lo que te preocupa o qué es aquello a lo que dedicas la mayor parte de tus pensamientos a lo largo del día, o al menos de una etapa de tu vida. Y a veces te ayuda a entender mejor tu forma de pensar y tu posición sobre los temas que eliges tratar.

¿Por qué decidisteis buscar la aportación vocal femenina de Irantzu Valencia y Cristina Martínez en «La Gran Desilusión» y «Ser Brigada» respectivamente? ¿Cómo surgió la posibilidad de contar con ambas vocalistas?
 
Los cuatro conocemos bien a la gente del Columpio y César ha trabajado muchos años con La Buena Vida. Y en cierto modo hay guiños a ambos grupos a lo largo del disco. La melodía de «La gran desilusión» tiene algo de La Buena Vida y de hecho la voz de Irantzu encajó perfectamente. En cuanto a la colaboración de Cristina es tan breve como necesaria. «Ser brigada», la canción en la que interviene, contiene un pequeño diálogo y pensamos que ese punto un poco macarra de Cristina le daría el carácter necesario al personaje que aparece en la canción.




«León Benavente» está publicado en Marxophone, sello creado por y para artistas ¿Es la autogestión el futuro de la música en España? ¿Qué ventajas e inconvenientes tiene respecto a la militancia en un sello «tradicional»?
 
No sé si es el futuro, pero es una buena opción para adaptarse a los cambios constantes que aquello que se conocía como «industria musical» ha experimentado desde hace unos años. La mayor ventaja es que el músico es dueño de lo que hace y toma decisiones al respecto sin tener que lidiar con opiniones externas (a veces incluso impuestas). La desventaja o más bien dificultad es conseguir financiación para poder llevar a cabo el proyecto.
 
Hace poco vi el documental «Limbo Starr: Diez, Cuenta Atrás»… ¿Cómo recuerdas tu paso por el sello y qué opinas de dicho documental?
 
El documental lo vi tan sólo una vez cuando se estrenó y no lo recuerdo mucho. Creo que es una buena foto de familia para todos los que hemos estado ligados en algún momento al sello. Mi paso por Limbo lo recuerdo como una experiencia que me ha servido para estar donde estoy, con sus cosas buenas y sus cosas malas.
 
Decía en la reseña de Muzikalia que era tan recurrente como inevitable situar a Abraham Boba (y en consecuencia a León Benavente) como tercer elemento de una hipotética santísima trinidad de la actual literatura urbana junto a Julio de la Rosa y Nacho Vegas ¿Te ves a ti mismo cómo fiel retratista del costumbrismo social? ¿Qué similitudes y diferencias percibes entre tu propia obra y la de Vegas y De la Rosa?
 
Los tres pertenecemos prácticamente a la misma generación y hemos pasado por la misma etapa de la música en nuestro país. Además compartimos gustos e influencias… más o menos. Pero creo que lo que más nos une es dar tanta importancia a la música como a las letras a la hora de hacer canciones.

Ya habéis dado algunos conciertos… ¿Cómo están funcionando las canciones sobre el escenario? ¿Cómo dirías que son los conciertos de León Benavente?
 
Están funcionando muy bien, incluso hay quien opina que mejor que en el disco. Los conciertos están siendo intensos y sorprendentes, tanto para nosotros como para el público.
 

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