Conciertos

Joanna Newsom – Palau de la Música (Barcelona)

A Joanna Newsom ya le han dicho de todo. Que si freak folk, que si pop naïve, que si progresivo de raíces tradicionales, que si post-indie élfico, hasta incluso que si burló o no al burlador de Bill Callahan. En cualquier caso una fama y una colección de atributos muy logradas para una chica que todavía no ha llegado a los treinta y que su carrera musical entera ha sido una patada a la boca para cualquier oyente acomodado. Que nadie se lleve a engaño, bajo las fotografías de moda y vestidos de diseño se esconde uno de los perros más verdes que campan por los escenarios y que deja a Devendra Banhart o Gonjasufi a la altura de simples tíos guarros que no se duchan.

Segunda visita en toda su carrera a Barcelona, esta vez para presentar su triple LP Have One on Me en el escenario del Palau de la Música que lucía previsiblemente apropiado para la ocasión. El precio de las entradas y la multitud de extranjeros junto a alguna solitaria silla vacía señalaban que propuestas como ésta siguen costando de arraigar en salas de tamaño medio de la ciudad. Enseguida al ver el escenario momentáneamente vacío uno podía comprobar la riqueza de su directo. Batería, trombón, dos violines, guitarras, banjo y algún que otro instrumento más eran necesarios para conseguir llevar al directo la extraordinaria producción del disco. Los instrumentos y también el oficio de los cinco músicos de acompañamiento sobresalientes en el delicado trance de saber llenar las escasas rendijas donde no llega la música de Newsom o en el todavía más difícil trance de saber aupar más su nivel.

Joanna
se montó en su arpa aparentemente encantada de estar allí. Repasó algunos de los mejores temas de Have One on Me como la canción homónima, «Soft as Chalk» o «Easy» alternando según se requiriera el piano o el arpa. También hubo tiempo para recordar canciones anteriores como una versión excepcional de una canción excepcional como «Emily» o la ya clásica «Bridges and Ballons». Tras un comienzo brillante hubo momentos a mitad de concierto donde cierta aridez instrumental junto a sus temas de más de diez minutos pasaban factura a la parte de la audiencia menos familiarizada con su música. Pero cerró la noche con un trío imbatible con «Good Intentions Paving Company», «Baby Birch» y un último bis con «On a Good Day» literalmente arrancada de las manos de Joanna por parte de un público volcado en recompensarla con aplausos entusiastas. A muchos la sonrisa de bobalicón nos se nos quitó hasta la mañana siguiente.

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