Lloyd Cole – Music In A Foreign Language (Sanctuary Records)
Cuando hace veinte años vio la luz el magnífico Rattlesnakes (84), un joven Lloyd Cole se convertía en el artista de moda del momento para cierto sector de crítica y público. Un disco sin aderezos, muy agradable y plagado de muy buenas canciones le elevaba a los altares del pop semiacústico y sencillo. Y desde esos altares, la historia de Cole en los últimos veinte años ha sido la de una caída libre hacia el tedio y las convenciones más manidas de la música popular. Cada disco con los Commotions era algo peor que el anterior, la experiencia con los Negatives no fue gran cosa y sus discos en solitario oscilaban entre el soserío y lo directamente mediocre. Después de Rattlesnakes, algún tema muy bueno, siempre con los Commotions (“Cut Me Down”, “Brand New Friend”, “Perfect Blue” o la preciosa “From The Hip”) e incluso algún hit que otro (“Jennifer She Said”, “Lost Weekend”), pero poquísimo más.
Con esa trayectoria, quizá la predisposición para escuchar este Music In A Foreign Language no sea la mejor, o dicho de otro modo, el interés del disco podría ser bastante relativo. No obstante, se trata de su mejor disco en solitario, o sea, el mejor disco de Lloyd Cole en más de una década. Se trata de una colección de nueve canciones nuevas y una versión más que apañada del “People Ain’t No Good” de Nick Cave (versión en la que Cole no se limita a copiar el tema, sino a llevarlo a su terreno y hacerlo encajar sin chirriar en el conjunto de su disco y, en cierta medida, de su obra).
Desde el reposo, la modestia y la calma, este álbum transita por la senda acústica en la que Cole parece sentirse más cómodo, aun con los paupérrimos resultados cosechados hasta ahora. El tema que abre y da título al disco es el mejor y el que representa al resto: guitarra y voz, melodías sencillas y un sutil teclado que subraya determinados pasajes. Así transcurren los cuarenta minutos, en un continuo y agradable camino con algún obstáculo (“”Cutting Out”, “Today I’m Not Sure”) que se salva fácilmente con los buenos momentos que proporcionan temas como “Brazil”, “Late Night, Early Town”, “My Other Life” y la ya citada “Music In A Foreign Language”.
De este modo, el nuevo trabajo de Lloyd Cole es una agradabilísima sorpresa que, a tenor de sus anteriores álbumes, nos pilla desprevenidos y seguramente ya desesperanzados. No estamos hablando del mejor disco del año, desde luego, ni de un trabajo imprescindible, pero sí del mejor de Lloyd Cole, tal vez ligeramente por debajo de Rattlesnakes, y que hace pensar que, después de todo, queda alguna esperanza de recuperación. Aunque ya se sabe eso de que una flor no hace verano…