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No Age – Nouns (Subpop)

Si The White Stripes te sorprendieron en directo al comprobar cómo dos personas (o persona y media) podían llegar a crear algo tan sólido como Elephant (V2, 2003) o White blood cells (Sympathy for the record industry, 2001), seguro que con No Age y éste Nouns (Sub pop, 2008) la sorpresa será más sorprendente y, sobre todo, abrasadora.

La suma de dos puede ser mucho más que uno más uno, y así lo demuestran Dean Spunt (batería, vocalista) y Randy Randall (guitarrista) al llevar a cabo un ejercicio de minimalismo sonoro que destila energía, experimentación y misterio sin caer en ningún momento en una repetición constante, o en un jeroglífico noise más heredero de un dolor de cabeza que de un placer mayúsculo.

La pareja residente en Los Angeles ha conseguido fabricar un disco que recuerda al lo-fi y noise de hace más de una década, encabezado por Sebadoh o Sonic youth; sin grandes estribillos, sin grandes complejidades, a medias entre la experimentación y el pop conformista. Ésta es quizá la mayor diferencia con otro de los álbumes lo-fi del año, el Rip it off (Matador, 2008) de los Times New Viking, mayormente destinado al pop de chicle con altas dosis de feedback (a lo Psychocandy), mientras que los angelinos prefieren ofrecer un rock más liberado de estructura y de forma pero sin sobrecargarlo de complejidad sonora.

La grandeza de Nouns reside en las múltiples caras que puede ofrecer con los mismos ingredientes; incluso dentro de la misma canción. Y si no, escuchen “Eraser”: si una guitarra acústica cargada de suficiente feedback puede crear una aureola embriagadora y placentera como la que ofrece su comienzo, el siguiente rugido guitarrero dinamitado con un veloz ritmo de batería provoca esa confrontación entre melodía-calma y rabia-ruido, todo en menos de tres minutos.

La deuda sonora con el punk y el hardcore de finales de los 80 es patente a lo largo del disco, como puede comprobarse en “Ripped knees” o la inicial “Miner”, pero con ciertos matices: distorsiones, fuzz y derivadas capas ruidistas enfatizan la melodía dejando de lado el sonido grave y rítmico de un bajo o incluso de una guitarra acompañante. Melodía envolvente, directa y libre de estructura.

Los momentos más experimentales los tenemos en las pasajeras e intrumentales “Keechie”, “Impossible bouquet” o en la maravillosa “Things I did when I was dead”, poseedora de una belleza inusitada, relajante y emocionante. Ritmo repetitivo hasta la extenuación, capas de feedback junto con unos discretos pero preciosos punteos que acompañan a una voz emborrachada de desolación.
En contraposición “Cappo” y “Here should be my home” ofrecen la cara menos retorcida, más simplona pero no menos efectiva del pack musical que puede llegar a ofrecer No Age. Guitarrazos que serían power-pop de no ser por el carácter noise de la guitarra de Randy Randall, impregnando a las canciones de una tensión y una urgencia atípica en un simple dúo. Esa guitarra aplastante también aparece acompañada con la voz de Dean en “Teen Creeps” en el formato más grunge del disco.

Asombroso debut de un dúo que ha conseguido captar la atención de Sub Pop con éste Nouns, y tras ellos poco a poco a muchos medios musicales internacionales. Uno más uno pueden ser más de dos.

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